En medio del auge en Europa en cuanto al aumento de vehículos eléctricos y la implementación de leyes que favorecen su uso, Suiza ha optado por un cambio significativo.
El Consejo Federal suizo, equivalente al gobierno en otros países, ha decidido dar un giro significativo en su política respecto a los vehículos eléctricos. Considerando que la exención fiscal para los vehículos eléctricos estaba en vigor desde 1997, la decisión ahora es gravar estos vehículos de la misma manera que a los automóviles de combustión interna. La exención fiscal, inicialmente implementada para fomentar la movilidad eléctrica, llegará a su fin el 1 de enero de 2024.
El Consejo Federal sostiene que esta medida es ahora «innecesaria», ya que la participación de los vehículos eléctricos en el mercado ha experimentado un crecimiento sustancial y los precios de los modelos electrificados importados se han equiparado a los de los vehículos de combustión interna.
Y es que, en los últimos años, Suiza ha sido testigo de un impresionante aumento en la importación de vehículos eléctricos, pasando de 8.000 modelos en 2018 a 45.000 en 2022. Sorprendentemente, solo en el primer semestre de 2023, llegaron a Suiza 30.400 vehículos eléctricos, lo que representa un aumento del 66 % en comparación con el mismo período del año pasado.
La principal motivación detrás de esta decisión es combatir las pérdidas fiscales y generar nuevos fondos para el mantenimiento de las carreteras nacionales y las áreas urbanas. Esta medida también forma parte del «programa de consolidación de las finanzas del Estado» adoptado por el Consejo Federal a principios de 2023.
Opiniones respecto a la negativa de Suiza
El gobierno suizo está apostando por una disminución en los precios de la electricidad como una forma de compensar el impacto financiero que la eliminación de la exención fiscal podría tener en el mercado de vehículos eléctricos. La idea detrás de esta estrategia es que la reducción de los precios de los vehículos eléctricos «permitirá a los consumidores orientarse», fomentando así la adopción continua de esta forma de movilidad.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta nueva dirección. Peter Grünenfelder, presidente de la empresa importadora Auto Suisse, considera este cambio como un «día negro». Según él, la decisión del Consejo Federal está «en contradicción con los objetivos climáticos del gobierno federal», enviando así una señal equivocada en un momento crucial para la transición hacia vehículos más sostenibles.
El gobierno suizo, por otro lado, argumenta que mantener la exención fiscal podría haber llevado al déficit fiscal a niveles históricos. En medio de este debate, la decisión final del Consejo Federal plantea preguntas cruciales sobre el equilibrio entre la promoción de la movilidad sostenible y la necesidad de asegurar los recursos financieros necesarios para el desarrollo de la infraestructura del país.
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