Ya a la venta

Suzuki SX4 S-Cross: Un todocamino compacto con muchas ambiciones

Pablo J. Poza
Pablo J. Poza
A finales de mes, Suzuki comenzará a entregar las primeras unidades del SX4 S-Cross, un todocamino de 4,30 metros que convivirá con el actual SX4. Hemos tenido la oportunidad de ponernos al volante, y nos ha sorprendido muy gratamente, sobre todo en su versión diésel.


El S-Cross pretende hacerse con un trozo representativo de una tarta cuya porción más grande pertenece al Nissan Qashqai. Suzuki espera matricular en España unas 3.000 unidades anuales de su nuevo todocamino compacto, que no son muchas comparadas con las más de 22.000 registradas por su rival en 2012, pero sí suponen un gran aumento si nos fijamos en las ventas del SX4, las cuales no llegaron al millar de unidades en el mismo ejercicio.
Desde nuestro punto de vista, el vehículo cuenta con buenos argumentos para lograr este importante crecimiento. El primero es un precio de partida de 18.495 euros, que se reducen a 17.195 tras aplicar el descuento promocional de 1.300 euros del que se benefician todas las versiones durante su fase de lanzamiento. Sin el descuento promocional, el S-Cross es en torno a 3.000 euros más barato que las versiones equivalentes del Qashqai.

El segundo argumento es su tamaño, con una longitud de 4,30 metros –tres centímetros menor que la del Qashqai– y un maletero de 430 litros –que son 30 más que los de su rival–, medidas que le sitúan en competencia directa no solo con el modelo japonés, sino con otros súper-ventas como el Hyundai iX-35 y el Kia Sportage.

Otra característica que juega a favor del recién llegado es su consumo. Hay dos motores disponibles, ambos de 1,6 litros y ambos con 120 CV. El de gasolina –atmosférico, dotado de distribución variable– tiene un rendimiento correcto, es suave y silencioso, sube de vueltas con alegría, se combina bien con el cambio CVT opcional y consume entre 5,5 y 5,9 litros cada 100 kilómetros, en función de si lleva o no tracción total y sistema de parada y arranque automáticos. Por su parte, el diésel sorprende por la facilidad que tiene para mover el vehículo con agilidad, pero más aún por su formidable consumo, de entre 4,2 y 4,6 litros. Durante nuestra jornada de conducción, circulando sin el menor miramiento por el consumo en carreteras de la sierra por los alrededores de Madrid, el ordenador de a bordo registró una media de 5,3 litros.

Después de unas pocas horas conduciendo el S-Cross, nos volvemos a la redacción con un buen sabor de boca. El vehículo es cómodo –al menos en las versiones GLX, que son las que hemos conducido–, tiene un comportamiento noble y una buena adherencia –conclusión extraída tras subir a buen ritmo el puerto de Galapagar (Madrid), que obviamente habrá que confirmar más adelante con una verdadera prueba a fondo– y está bien acabado –con un aspecto menos pobre que el del SX4–. Solo cambiaríamos el acusado salto que hay entre segunda y tercera velocidades, así como la falta de autocentrado de la dirección asistida, que tiene un tacto demasiado eléctrico. Atreviéndonos a hacer de oráculo, las 3.000 unidades anuales previstas por Suzuki se nos antojan una estimación muy conservadora, especialmente a partir del segundo año completo de comercialización (2015), cuando el vehículo ya se conozca y, probablemente, el Grand Vitara y el SX4 hayan pasado a mejor vida.

 

Suzuki S-Cross