Desde 2007, coincidiendo –aún sin pleno conocimiento– con el inicio de la crisis económica universal, se despertó la curiosidad acerca del motor impulsado por aire comprimido.
Evidentemente fue una curiosidad digna de atención y nuestro equipo técnico informó debidamente sobre el proyecto, generado por el ex ingeniero de McLaren Guy Negre, convencido de su funcionamiento con gasto diez veces menor a los de explosión. MDI, empresa luxemburguesa dueña de la patente, contaba desde comienzos de este siglo XXI con un prototipo de aire, comprimido a elevada presión por un generador eléctrico exterior. Era un pick-up biplaza para desplazamiento urbano, con velocidad hasta 50 km/h y carga de 500 kg. En 2003 probó otro prototipo para seis pasajeros, 500 kg de carga, aire acondicionado y airbags. La compresión del aire era mediante baterías. Y, por último, presentó un taxi para seis pasajeros.
Tata Motors, la marca india, se interesó por el invento. En su último comunicado le llama «Mini Cat», le calcula un precio alrededor de 8.177 dólares y lo define con el siguiente texto:
El Mini Cat es un simple y liviano coche urbano, con un chasis tubular, un cuerpo de fibra de vidrio que está simplemente pegada, no soldada, está impulsado por aire comprimido. Un microprocesador se usa para controlar todas las funciones eléctricas y un pequeño radio transmisor manda instrucciones a las luces, señales de giro y otros elementos eléctricos del auto, que no son muchos. La temperatura del aire limpio que se expele por el tubo de escape, tiene entre 0 y 15 grados bajo cero, lo que lo hace conveniente para usarlo para el aire acondicionado, sin necesidad de freón ni pérdida de fuerza del motor.
No tendrá llave, sólo una tarjeta de acceso que la centralita leerá desde su bolsillo.
De acuerdo a los diseñadores, costará menos de 50 céntimos cada 100 km, lo cual es alrededor de una décima parte del costo de un coche de gasolina. El kilometraje es alrededor del doble del más adelantado motor eléctrico, lo cual lo hace ideal para manejarlo en la ciudad.
Tiene una velocidad máxima de 105 km por hora o sea 60 millas por hora y una autonomía de alrededor de 300 km o 185 millas entre reabastecimientos. Se abastecerá en estaciones de servicio con compresores de aire especiales. Llenar el tanque llevará solamente 2 ó 3 minutos, costará más o menos 150 céntimos y el coche estará listo para otros 300 kilómetros. El tanque también se puede cargar en casa, con el compresor propio, lo cual llevará de 3 a 4 horas, que puede hacerse mientras uno duerme. Como no hay combustión en el motor, el cambio de 1 litro de aceite (utiliza vegetal) sólo es necesario cada 50.000 km o 30.000 millas.
Un informe oficial de este tipo no admite discusión, sino paciencia ante un posible y definitivo lanzamiento comercial después de superar los múltiples inconvenientes lógicos en cualquier modificación de los sistemas habituales. Si técnicamente es factible, el problema debe radicar en la eficacia y bajo coste del sistema adoptado para comprimir el aire y su competencia frente a los híbridos y eléctricos ya existentes en el mercado. Pero todo puede ser. La grandeza de la ingeniería del futuro es inescrutable.