El termostato es una válvula con un muelle que se encarga de regular la cantidad de liquido refrigerante que pasa del bloque del motor al radiador de refrigeración del mismo, para conseguir que el propulsor funcione adecuadamente.
Se trata de un componente primordial para evitar el sobrecalentamiento del motor y sufrir una avería grave y costosa para el bolsillo del usuario.
¿Cómo saber si nuestro termostato está averiado?
En primer lugar, una de las averías que es habitual en el termostato es que se quede «abierto» y, ¿qué significa esto? Que el líquido refrigerante está circulando por todo el circuito sin retención alguna en el bloque del motor, con lo que, la temperatura marcada en el cuadro de instrumentos va a mantenerse muy baja en torno a los 60ºC.
La calefacción no funcionará correctamente y notaremos un consumo excesivo de combustible, debido a que, los sensores de temperatura van a informar a la unidad de control que el motor está frío y que debe inyectar mayor cantidad de combustible. Por el contrario, podemos tener un aumento excesivo de la temperatura, debido a que el termostato se haya quedado cerrado.
Cuando esto ocurre, el líquido refrigerante del motor aumenta de temperatura y al no abrirse el termostato no puede pasar hacia el radiador del motor para que la temperatura baje y se regule a 90ºC, que es la temperatura idónea de funcionamiento de un motor.
Al quedarse cerrado el termostato, vamos a ver en nuestro cuadro de instrumentos como el reloj de temperatura sube más de la cuenta y si vemos que roza el marcador en rojo que lleva, la única solución es parar el motor y llevarlo en grúa al taller.
Otros modelos de vehículos no tienen reloj de temperatura y existe un marcador digital con unas rayas que indican la temperatura, en otros no existe reloj de temperatura de ninguna manera y tan solo se encenderá el testigo de temperatura cuando la temperatura sea alta, debiendo actuar de la misma forma y llevando el coche al taller en grúa.
El circuito de refrigeración tiene un depósito de expansión con un tapón que es una válvula de seguridad y que, por aumento de temperatura, la presión en el circuito hace que esa válvula se abra y evacue parte del líquido por un conducto, haciendo así que la presión en el circuito baje. Si la temperatura ha subido y no hemos tenido precaución de parar el motor a tiempo, podremos tener un problema en la junta de culata.
¿Que avería puede generar un mal funcionamiento del termostato?
Podemos tener aumento de consumo de combustible, fallos en la calefacción y un nuevo sistema que los vehículos actuales incorporan como es la limitación del funcionamiento del motor ¿y qué es esto?
En vehículos actuales, si el termostato se queda cerrado o casi cerrado, provoca que la temperatura del motor suba más de la cuenta y vamos a notar como el motor comienza a limitarse y a perder potencia.
La unidad de control del motor detecta un aumento excesivo de temperatura a través del sensor correspondiente, momento en el cual el sistema de inyección de combustible se limita y el vehículo pierde velocidad y fuerza hasta que la temperatura baja y se restablece el sistema de inyección.
Cuando esta avería ocurre nos puede confundir con una avería de inyección, filtro antipartículas en vehículo diésel, filtro de combustible obstruido, etc., pero en realidad la avería es del termostato y la única solución que existe es sustituirlo por uno nuevo, solucionando los problemas de limitación del sistema de inyección y el consumo de combustible. Este sistema hace que el motor sea protegido ante una subida de temperatura y evitar daños mayores, siendo una avería que ronda los 150€.
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