-Cuando fotografío prototipos sé muy bien el coche que se esconde tras el camuflaje. Hoy, como cualquier otro día viajo acompañado de mi cámara... pero lo que hay frente a mi objetivo no es normal.
Acabo -cazar- un coche realmente extraño. He tardado una semana en fotografiarlo y en estos siete días todo ha sido más misterioso de lo habitual. Desde los ingenieros, hasta los test que han realizado. Eso es lo único que puedo decir.
Sé que se trata de un eléctrico porque las pegatinas de sus puertas rezan -Elecktrofahzeug- -en alemán, significa coche eléctrico-. Se trata de una medida de seguridad básica para evitar que, en caso de accidente, algún miembro del equipo de rescate muera electrocutado.
El coche en cuestión acaba de completar una vuelta en un circuito de pruebas propiedad de uno de los mayores fabricantes de componentes de Europa… y ha vuelto a desaparecer. No hay ni rastro de él ni de los miembros de la compañía.
Al contemplar su carrocería un número muy pequeño de fabricantes me vienen a la mente. Podría ser un Wiesmann, un Morgan; e incluso un Smart… pero lo cierto es que no se nada. Sea lo que sea, es pequeño, estrecho y tiene unos pasos de rueda extrañamente ensanchados. Tanto que cuesta ver las ruedas a través de ellos.
Creo que la opinión de los lectores de Autofácil puede ser interesante para aclarar el misterio. Yo aún lo tengo claro-.