Después de los intentos fallidos de recapitalización y reestructuración de la empresa, Think se declaró en bancarrota el 22 de junio… pero los problemas parecen haber terminado, al menos de momento. El síndico designado por el tribunal de Oslo encargado de la quiebra de la compañía ha elegido al ruso Boris Zingarevich para hacerse con el control de la empresa, incluyendo las subsidiarias Think North America y Think UK, que no formaban parte de la declaración de quiebra.
Los dos principales acreedores de Think son el fabricante de baterías Ener1 y el productor de vehículos Valmet Automotive, con quienes Zingarevich ya ha firmado un acuerdo para continuar con la producción. «Con el potencial de trabajar con el principal fabricante estadounidense de baterías de iones de litio y la compañía más importante de Europa en ingeniería y fabricación de automóviles, creo que podemos tener la combinación y la cadena de valor adecuadas para garantizar que la marca sea cada vez más competitiva en el mercado mundial de vehículos eléctricos», ha declarado el nuevo propietario.
Al mismo tiempo, Think ha declarado que estos dos proveedores están en proceso de adquirir una participación dentro de la nueva compañía como parte de la reestructuración de la deuda, así como la creación de la distribuidora Electric Mobility Solutions AS, que se encargará de comercializar los productos de la marca. A pesar de todo, las fábricas no echarán a andar de manera inmediata, ya que la previsión es de reanudar la producción en el primer trimestre de 2012.
Zingarevich ya es un viejo conocido para este triángulo de empresas, ya que es inversor de Ener1 desde 2002 y prestó dinero a Think antes de la declaración de bancarrota.
