En la historia siempre ha habido locuras, como aquella vez que el tres veces ganador de Le Mans, Woolf Barnato, apostó durante una comida en Cannes en 1930 que estaría con su Bentley Speed Six en Londres antes de que el Blue Train, con ruta hacia Calais, llegara a su destino. Y cumplió su objetivo, ya que llegó 4 minutos antes que el tren lo hiciera, manteniendo una velocidad media de 70 km/h por las carreteras de entonces.
El pasado 15 de agosto, para conmemorar dicho evento, un Bentley Continental GT Convertible, con el piloto Steve Kane a bordo, se midió en una carrera al único tren de pasajeros que cruza el desierto de Arabia. La distancia fue de 480 km., partiendo de la población de Riyadh hasta la de Damman, en el Golfo Pérsico.
¿El resultado? Un tenso sprint de 4 horas y 14 minutos, en el que el deportivo le sacó al tren 6 minutos de ventaja. Kane, por su parte, declaró que fue «mucho más duro que Le Mans debido al sofocante calor y al no saber en qué lugar se encontraba el tren». Además, esperó que Barnato se sintiese «orgulloso» de su hazaña.