En invierno, además de seguir nuestros consejos para circular con frío, es sumamente importante mantener las escobillas de nuestro coche en buen estado. No en vano, un estudio de AXA señala que los accidentes se incrementan hasta un 7% con lluvia… y la mala visibilidad es una de las principales causas de este aumento.
Por ello, y para mantener la máxima seguridad, se recomienda cambiar las escobillas cada uno o dos años (aquí te contamos cómo elegir las mejores). Recuerda que deberías sustituirlas por unas nuevas cuando observes que dejan estrías o zonas no barridas sobre la luneta. También cuando las escobillas producen ruidos o sufren sacudidas al pasar sobre el cristal o, por último, si al limpiar dejan un velo de agua en la luneta.
Si aún no ha llegado ese momento y, además, quieres retrasarlo lo máximo posible, existe un truco para mantener las escobillas en buen estado que, además, podrás llevar a cabo por muy poco dinero.
Cómo mantener como nuevas las escobillas: vinagre y vaselina
Uno de los problemas más habituales en el deterioro de las escobillas es que, al ir limpiando la luneta delantera de nuestro coche, se llenan de polvo, arena o incluso excrementos de pájaro. Y esa suciedad acaba por volverlas menos eficicaces… cuando no afectando (causando que se reseque y aparezcan grietas) a la goma que las forma.
Por eso, se recomienda, una vez el mes aproximadamente, aplicar un pequeño chorro de vinagre para cocinar en un paño y, con él, ir limpiando el borde de las escobillas de nuestro coche. Es mejor realizar varias pasadas desde su parte central hacia los extremos (para sacar por completo la suciedad) y, tras ello, utilizar un segundo trapo (también puedes usar una bayeta de microfibra) humedecido con agua para retirar de la goma cualquier resto de vinagre, que podría deteriorarla prematuramente.
Además, y una vez que las gomas de las escobillas se han secado, también se recomienda aplicar un tratamiento que mantendrá la goma con la flexibilidad necesaria para que funcione a la perfección. Por eso, y para evitar que esta se reseque, se aconseja recubrir el borde de las escobillas con una fina capa de vaselina pura (puedes encontrar un bote en cualquier farmacia desde 1,5 euros aproximadamente) y dejarla actuar durante unos 10 ó 12 minutos.
Pasado ese tiempo, es probable que la goma de las escobillas haya absorbido toda la vaselina, pero para evitar que quede algún resto y que se llene de suciedad; es preferible retirar los posibles restos con un trapo seco.
Y un alfiler para limpiar los eyectores de líquido limpiaparabrisas
Un segundo truco que puede ayudarnos a mantener los limpiaparabrisas en buen estado tiene que ver con los eyectores del líquido limpiador. Y es que éstos, en algunas ocasiones, se bloquean parcial o totalmente debido a la suciedad o a los restos de hojas y otros materiales.
Por ello, y si vemos que alguno de los eyectores no expulsa todo el líquido que debiera, se aconseja utilizar un alfiler para, insertándolo en el orificio de salida de estos eyectores, desbloquear y limpiar el eyector de cualquier resto.
También podemos utilizar el alfiler para orientar de nuevo hacia la luneta frontal este orificio de salida del eyector que, en ocasiones, y debido a algún impacto, puede perder su orientación original.
Cómo cambiar las escobillas limpiaparabrisas de tu coche
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