Tras dejarse de comercializar en su versión larga para no competir con el Pathfinder, su carrocería de tres puertas exigía reubicarlo entre los TT compactos, categoría en la que ha resultado ser el modelo más apreciado.
No en vano, sus matriculaciones desde enero hasta el final de mayo han rozado las 1.600 unidades, lo que le sitúa como el decimocuarto todoterreno más vendido en términos absolutos, lo que no está nada mal para un modelo ya plenamente amorizado.
Pese a que su diseño resulta algo anticuado, sus soluciones técnicas se encuentran plenamente vigentes.
El bastidor es de largueros y travesaños.
La suspensión trasera se encomienda a un eje rígido de generoso recorridom mientras que la delantera es independiente para cada rueda. Hay una tránsfer con una reductora de verdad, un autoblocante trasero que puede llegar a echarnos un cable, pero en el que es mejor no confiar demasiado.
Podemos disponer de un motor bastante generoso (el 3.0 Di), heredado del Patrol aunque un poco «capado», que, pese a ser algo perezoso en las inmediaciones del ralentí, supone una inestimable ayuda en zonas de franqueo y consigue mover con agilidad al pequeño Terrano en pistas y carretera, sin olvidar que está homologado para remolcar hasta tres toneladas.
TT polivalente
Una de las mayores virtudes del japonés es precisamente su polivalencia e incluso su equilibrio, ya que, sin tratarse de un todoterreno puro, puede afrontar sin complejos dificultades propias de vehículos más radicales, sin renunciar por ello a un razonable grado de confort y a la posibilidad de realizar desplazamientos por carretera.
En la actualidad, su gama ha quedado reducida a dos motores turbodiésel (de 125 y 154 CV), así como dos acabados: Comfort Plus y Sport.
El primero es mucho más recomendable para quien de verdad vaya a usar el coche en campo, ya que resulta más económico a costa de renunciar a los estribos laterales (estorban más que otra cosa), las llantas de 17 pulgadas, el volante de piel y los airbags laterales.
Por dentro y por fuera
Sencillo y funcional, el interior del Terrano tiene todo lo necesario y poco de lo superfluo.Las soluciones clásicas, como el eje rígido trasero, siguen siendo muy eficaces en campo.
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Cómo va
2.7 Tdi: diésel con cámara de turbulencia, 4 cil. en línea, delantero longitudinal, 2 válv. por cil., árbol de levas lateral, cigüeñal con cinco apoyos, 2.664 cm3 (96 x 92 mm), inyección indirecta, turbocompresor, intercooler, compr. 21,9:1, 125 CV (92 kW) a 3.600 rpm y 278 Nm (28,34 kgm) a 2.000 rpm.
3.0 Di: diésel, 4 cil. en línea, delantero longitudinal, 4 válv. por cil., 2.956 cm3 (96 x 102 mm), DOHC, inyección directa, conducto único, turbo variable e intercooler, compresión 17,9:1, 154 CV (113,2 kW) a 3.600 rpm y 305 Nm (31,1 kgm) a 1.600 rpm.
Ficha técnica y gama 2006
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Hoja de Taller/Equipamiento, Seguridad y Funcional
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El Más vendido.-El gran dominador del segmento a lo largo de 2005 fue el Suzuki Grand Vitara, que con 6.676 unidades fue además el cuarto modelo más vendido del mercado TT. Las matriculaciones del pequeño japonés se corresponden mayoritariamente con su anterior generación, ya que la nueva comenzó a comercializarse en el último trimestre del año. En segunda posición se situó el Nissan Terrano (5.099 unidades), y a continuación encontramos al Suzuki Jimny (2.417), rejuvenecido con su motor turbodiésel.

El segundo más votado.Resulta interesante observar la segunda juventud que está viviendo el Suzuki Jimny. Lanzado al mercado en 1998 únicamente con motor de gasolina (1.3 de 80 CV), recibió su primera mecánica diésel (1.5 de 65 CV) hace un par de años. En 2005 adoptó mejoras interiores (conexión eléctrica de la tracción total y la reductora, así como un nuevo salpicadero), y hace unos meses su motor diésel alcanzó los 85 CV y su paragolpes fue rediseñado para refrigerar el nuevo intercooler.
Por fuera
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