
Probablemente le haya valido la pena: La imagen del coche de Juan Pablo Montoya en llamas, visto desde el cockpit de Keselowski, le ha valido más de 100.000 nuevos seguidores en la conocida red social -pasó de 65.000 antes de la carrera a 200.000 después-. El incidente se produjo a falta de 40 vueltas para el final de la prueba, que consta de 202 giros. Poco después, Keselowski posteó también la imagen de los bomberos del circuito trabajando.
Puede que en otras competiciones semejante distracción sea imperdonable, pero la NASCAR gusta de atraer al público con todo tipo de sorpresas. A su colega Dale Earnhardt Jr. no le parece mal lo que hizo Keselowski: «Brad es así. Eso es con lo que disfruta. Creo que ha sido muy divertido». Durante las dos horas en las que la carrera estuvo detenida, añadió comentarios a las imágenes y respondió a otros tantos. «Es hora de volver a correr ¡gracias por seguirme!», se despidió al reanudarse. Más tarde reveló que la batería de su móvil estaba en esos momentos al 28 %…
Las nuevas tecnologías de la comunicación parecieron afectar a su rendimiento en pista, ya que Keselowski no logró terminar la prueba, en la que se impuso el campeón de la NASCAR del 2003, Matt Kenseth. Sin embargo, durante el fin de semana había acabado segundo en la Drive4COPD 300.