Van Panama por la Sierra Pobre de Madrid

En rutas como está se demuestra que la Van Panama es un vehículo polivalente, perfecto para el día a día pero también para esas excursiones de fin de semana en las que queremos disfrutar de la naturaleza y olvidarnos de las reservas de hotel Una propuesta perfecta para este tipo de vehículos es la Sierra […]

En rutas como está se demuestra que la Van Panama es un vehículo polivalente, perfecto para el día a día pero también para esas excursiones de fin de semana en las que queremos disfrutar de la naturaleza y olvidarnos de las reservas de hotel

Una propuesta perfecta para este tipo de vehículos es la Sierra Pobre de Madrid, todavía un rincón por descubrir para muchos urbanitas de la capital que, con una preparación como la aportada por Benimar sobre la mítica Ford Transit, podrán vivir como nunca habrían esperado.

Estamos con un vehículo polivalente. Fácil de conducir, dimensiones muy razonables y consumos asequibles para abaratar nuestros costes de ocio. Si a esto unimos el ahorro en alojamiento y la capacidad de improvisar nuestros intereses tenemos un tipo de vehículo muy deseado.

Puestos en ruta, la A1 siempre será la carretera de Burgos nos lleva hacia el norte, pero antes de salir a la comunidad y desviándonos a la derecha tras La Cabrera encontraremos la puerta de entrada a una serie de localidades tranquilas y apartadas del mundanal ruido cuyo turismo está en auge. La M-127 es un buen camino para dejar las prisas. La presa del Atazar sigue siendo un pequeño mar interior con rincones muy atractivos.

Ese cambio de autopista a carretera de pueblo nos dice las posibilidades de este vehículo. Podemos movernos por callejuelas de un pueblo o atravesar la entrada a una población fortificada sin mayor cuidado. Sólo tenemos que pensar que nuestra furgo no llega a lo 5 metros y que su altura es semejante a la de un SUV. Eso se llama polivalencia. En los tiempos que corren, eso es ahorro.

Si optamos por la opción de salirse de la autopista en Buitrago de Lozoya nos ofrece mucho por muy poco. Parece otro mundo. Está a un tiro de piedra de la capital, de modo que podemos decir que a apenas unos minutos tenemos un pueblo medieval de origen musulmán con grandes vistas naturales y buena gastronomía. Dispone de un interesante Museo de Pablo Picasso montado gracias una donación particular. Su zona amuralla es su gran reclamo. La iglesia de Santa Maria del Castillo y el jardín del Parque de la Villa nos ofrecen rincones para meditar, pasear o jugar.

Otro estupendo pueblo de la sierra norte de Madrid es Piñuecar. Tomamos la M-137 y nos encontramos en apenas unos minutos con esta pequeña población que no llega a los 200 habitantes, por lo que ofrece todavía más tranquilidad y aislamiento que Buitrago.

Historia y naturaleza se funden para ofrecer muchas opciones de disfrute: tenemos el búnker de Casamata, procedente de la Guerra Civil, y otros restos de un pasado interesante como son su fragua y el potro de herrar o la iglesia de San Simón, construida por los propios vecinos y de estilo medieval. Cerca, entre Gandullas y Buitrago, podemos ver desde fuera la estación de seguimiento de satélites, cuyas grandes antenas parabólicas son visibles en todo el entorno.

La opción de un picnic en la zona es muy atractiva. Cada vez hay más fincas cerradas, pero el paisaje hacia el puerto de La Hiruela es cada vez más atractivo, a pesar de como se enlazan las curvas.

En todos los casos nos llevamos una fiable furgoneta Ford tan equipada o más que un turismo compacto, con airbags, elementos de confort y seguridad de última hornada y conectividad 4G con sistema Fordpass Connect, para asegurarnos de no quedarnos atrás en la tan necesaria integración de sistemas y conectividad. Naturalmente, las tomas USB y de corriente de 12V están dispuestas en el interior del habitáculo, donde cabe incluso una ducha exterior.

Tomemos ahora la M-132 hacia Horcajo de la Sierra, otro destino destacado en esta ruta por la Sierra Pobre. Este núcleo ubicado en un cerro está en la confluencia del río Madarquillos y el arrollo del Valle de las Moteras, y es otro excelente pueblo repleto de arquitectura popular medieval en piedra y adobe. Su iglesia gótica de San Pedro tiene un retablo gótico relevante, y no nos podemos olvidar de su puente romano de dos arcos.

Otro destino relevante es Madarcos, al que llegaremos en unos minutos apenas tomando la M-143. Lo es por su arquitectura medieval, por su entorno tranquilo y silencioso, pero también por su hayedo de Tejera Negra, un parque natural que contiene su propio microclima y en el que pinos, robles, abedules, acebos y otras muchas especies crecen y respiran libres de contaminación.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, nos permite practicar el senderismo en familia (o incluso sacar las bicis y recorrer su sendero para BTT hasta el río). Si vamos en la fecha adecuada, primeros de octubre, podemos disfrutar de una estupenda festividad, el Ayer y Hoy de Madarcos, en la que se elaboran estupendas rosquillas y pestiños, entre otras actividades tradicionales. Aquí lo pobre, puede ser muy sofisticado.

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