Es bonito. Muy bonito. Y, aunque su diseño mantiene toda la personalidad de un Mercedes –por mucho que a algunos la parte posterior nos recuerde a un Citroën DS3-, cuenta con un arma definitiva frente a los Audi A3 y BMW Serie 1: por concepto, es un Mercedes diferente a todo lo que conocíamos hasta ahora.
Tengo las llaves de un A180 CDI con cambio manual y acabado AMG Sport, que cuesta 2.017 euros además de los 26.150 euros que cuesta el coche de serie. Me acomodo en un puesto de conducción muy bien resuelto, donde es muy sencillo encontrar una postura perfecta, y descubro unos buenos asientos deportivos que, además de ofrecer una buena sujeción, tiene el mullido perfecto, ni blando, ni duro.
El volante deportivo, la plancha de plástico blando y trenzado como si fuera de fibra de carbono que recubre gran parte del salpicadero y los aireadores circulares metálicos, le dan un diseño sencillo pero bastante deportivo al interior. Parece estar bien hecho, si bien la guantera no termina de ajustar correctamente –algo que pasó en los tres Clase A en los que me pude subir. También aprecio algún pequeño fallo en los remates de las zonas menos visibles del salpicadero. ¿Un problema? En realidad, no, pues a sus rivales les ocurren cosas parecidas… y no se trata de problemas serios, Además, ya en marcha, no aprecié ningún grillo durante la prueba. Detrás, dos adultos viajarán cómodos; tres lo harán con bastantes estrecheces… Por su parte, el maletero tiene una capacidad de 341 litros.
Sin vibraciones
Recuerdo que, la última que conduje un Mercedes diésel de cuatro cilindros, las vibraciones y el ruido eran más notables de lo que uno podría esperar. Sin embargo, en este 180 no es así. El motor 1.5 dCi de Renault –en realidad, alternador, compresor del aire acondicionado, soportes del motor… son de Mercedes-, rebautizado aquí como 180 CDI, es un motor que se caracteriza por su escaso nivel de ruido y vibraciones, su bajo consumo y por tener una respuesta bastante buena desde apenas 1.800 rpm y hasta alcanzar las 3.800-3.900 rpm. Va bien. Corre lo que esperas de un motor de esta potencia –es decir, no es especialmente rápido: tarda 11,3 segundos en pasar de 0 a 100 km/h-, resulta agradable por su respuesta y, con una conducción normal, lo más probable es que veas un consumo de entre 6 y 6,5 l/100 km.
El resto del coche es ´todo Mercedes´: el cambio manual de seis marchas –con un tacto agradable-, la dirección eléctrica –precisa y con capaz de transmitir la información necesaria- o los frenos, cuyo pedal permite dosificar la frenada con facilidad y que parecen ofrecer una correcta resistencia a la fatiga. La suspensión es muy buena: es lo suficientemente blanda como para resultar cómoda, pero también es lo suficientemente firme como para no dejar balancear en exceso a la carrocería o para ayudar a que el coche de dirección con facilidad en curvas enlazadas. Y es que el comportamiento es francamente bueno: el eje delantero se muestra muy incisivo tanto en curvas lentas como rápidas y su adherencia es siempre muy elevada. Por su parte, el eje trasero aporta la dosis justa de agilidad para ayudar al eje delantero a girar pero sin que el conductor aprecie deslizamiento alguno, situándose en un término intermedio entre el Audi A3 –un modelo que podría llegar a aburrir a los que quieran practicar una conducción deportiva por lo ´sujeto´ que va siempre- y el BMW Serie 1 –que, aunque con un comportamiento muy neutro, ofrece un tren trasero un poquito más ágil-.
En cuanto al precio, como decíamos al principio, este A180 CDI vale 26.150 euros, un precio elevado teniendo en cuenta que un Audi A3 1.6 TDI 105 cuesta desde 23.820 euros y que un BMW 116d 5p sale desde 24.950 euros. Al menos, el Mercedes cuenta con un completo equipamiento de serie que iguala un poco más las cosas…
