Víctor Ordóñez prueba el Seat León Cupra R

Por dentro y por fuera

Cupra es el nombre que Seat emplea para sus modelos más deportivos.-Si, además, incluyen la sigla ‘R’, se refieren a la variante más extrema. El alerón situado sobre la luneta es más grande y tiene una forma más aerodinámica que el que incorporan versiones menos potentes de la gama.

El rasgo más visible para diferenciar a este León Cupra R son las impresionante llantas de 18″. Tras ellas se aprecian las pinzas de la marca Brembo.

El equipamiento del León Cupra

De serie incluye: airbag conductor, pasajero y laterales delanteros, asiento conductor y volante regulables en altura, asiento trasero abatible por partes, cierre centralizado con mando a distancia, dirección asistida, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, equipo de audio con CD, climatizador, faros antiniebla, ordenador de a bordo, espejos eléctricos y calefactables, ESP, ABS, asientos deportivos.

Opciones: cargador de CD’s (300 euros), pintura metalizada (270).

A los mandos la sensación de control es absoluta. Los magníficos asientos Recaro son opción -incluyen la configuración de la banqueta trasera para 2+1 plazas- y cuestan 1.700 euros.

1.- El cargador de seis CD´s cuesta 300e y anula más de la mitad de la guantera.

2.- Tanto los pedales como el resposapiés son de aluminio.

3.- Las plazas traseras son muy cómodas para dos pasajeros;-tan sólo la altura al techo resulta algo reducida.

4.- Extraer 210 CV de sólo 1.800 cc se consigue con un turbo, dos intercooler… y mucha electrónica.

5.- Los faros antiniebla son de serie, pero es criticable que los de xenón no se ofrezcan ni con sobreprecio.

6.- Los mandos de los elevalunas, el cierre centralizado y los retrovisores están agrupados en la puerta del conductor. 7.- El pomo del cambio está forrado en cuero; el fuelle tiene costuras en rojo.

Qué debes saber de…Victor Ordóñez

Quién es…Víctor Ordónez -Madrid, 1981- debutó en competición en 1996, tomando parte en pruebas regionales. La pasada temporada disputó la Fórmula Nissan V6 con Meycon. Este año probablemente compita en la F3000.

Sin embargo, esta versión ofrece varios elementos que realzan su línea y actualizan su aspecto, como un paragolpes frontal más agresivo que el del resto de la gama, una matrícula delantera más reducida que una convencional, una salida de escape de gran tamaño, cromada y de forma ovalada, un faldón delantero muy rebajado -y con el que hay que tener cuidado en los badenes-… y, por supuesto, las impresionantes llantas de aleación de 18 pulgadas en color gris oscuro.

Sin contar que la tonalidad de la pintura amarilla le hace muy llamativo.

El resultado global me encanta, representa exactamente lo que el Cupra pretender ser: un turismo deportivo de alto nivel con elevadas prestaciones, muy agresivo pero bastante discreto al mismo tiempo.

De su interior hay cosas que me han gustado:-su excelente acabado -no se perciben ruidos extraños cuando conduces sobre firme en mal estado-, su nivel de equipamiento -puede llevar hasta un sistema de navegación opcional que cuesta nada menos que 2.939 euros, eso sí, con pantalla a color-, el eficaz climatizador de serie... y un cuadro de mandos en el que no echo en falta de nada, con una instrumentación -siempre iluminada en rojo y con el fondo de los relojes en blanco- legible y que se consulta con mucha facilidad.

También me ha parecido perfecta la postura a los mandos por varias razones: para empezar, el tacto del volante es perfecto, está forrado en cuero y se regula tanto en altura como en profundidad.

Además, por grosor es ideal.

En cuanto a los asientos, de la marca Recaro, son excelentes: resultan cómodos a pesar de su dureza, agarran bien, son bastante amplios -no viajas encajonados en ellos- y disponen de numerosas regulaciones…

Para redondear el panorama, los pedales están bien situados y hay un cómodo reposapiés.

En el lado menos positivo, no me convence el diseño general del salpicadero, me parece muy poco imaginativo y me recuerda mucho al de un Audi A3 y, además, la capacidad de la guantera es reducida si se incluye el cargador de seis CD’s -300e-.

Por lo que respecta al espacio interior disponible, es bueno para cuatro adultos porque tres irán incómodos tanto por la anchura como por la forma del asiento, configurado para que sólo dos ocupantes viajen con todo el confort -la parte central del respaldo es muy dura-.

Por último, la visibilidad trasera es reducida, tanto por la línea del coche como por la presencia de los reposacabezas traseros.

Una vez en carretera, el León transmite una sensación clara: va sobradísimo.

Esto no es algo que se deba asociar sólo al hecho de tener 210 CV, sino a que el coche, en conjunto, está muy bien puesto a punto tanto por chasis, frenos, dirección…

Empezando por el ‘corazón’, este deportivo equipa un cuatro cilindros con turbo de muy buen rendimiento.

Quizá en baja le falta algo de respuesta -lo percibes cuando circulas en ciudad- pero desde 3.000 vueltas su respuesta es contundente y lineal, eso sí, siempre notando la patada del turbo.

Además, se ‘estira’ con soltura hasta la zona roja gracias, sin duda, a la culata de cinco válvulas, que le permite ‘respirar’ muy bien a altas revoluciones.

De esa forma, y con la ayuda de un cambio de seis velocidades, es capaz de acelerar con una facilidad soprendente y de mantener cruceros muy elevados rodando con el motor muy desahogado.

Como última curiosidad de este propulsor, me llamó la atención el dato que aporta la propia marca:-el sonido que ‘emite’ ha sido perfectamente estudiado por el denominado Seat Sound System, que no es otra cosa que una pieza situada en el tramo final del escape para lograr una sonoridad sugerente.

El chasis soporta perfectamente el elevado potencial, con un comportamiento divertido y capaz de transmitir fuertes sensaciones; es un deportivo que gustará a los amantes de la conducción, sean jóvenes o veteranos.

Ante todo, me ha parecido un coche neutro, con un agarre altísimo en curva. Además, no tiene apenas pérdidas de tracción, salvo que ‘pisemos a fondo’ en segunda dentro de una curva muy cerrada de algún puerto de montaña.

Un aspecto que favorece la agilidad de este León en marcha, sobre todo en los cambios de apoyo, es un peso bastante contenido: sobre la versión Cupra V6, que antes existía en la gama, reduce en 200 kilos su masa, empleando un motor con menos cilindros, más liviano y, sobre todo, prescindiendo del sistema de tracción total.

Y todo ello, sin perder un ápice de aplomo rodando rápido.

De serie, incluye controles de tracción y estabilidad cuyo funcionamiento resulta increíble, suponen una ayuda inestimable y se aprecia mucho cuando los llevas desconectados, algo que no recomiendo hacer en ningún caso.

En lo que se refiere a los frenos, la capacidad que ofrecen los cuatro grandes discos -los del eje delantero miden nada menos que 323 mm de diámetro- es estupenda; sólo ‘exprimiéndolos’ al máximo reducen su eficacia. Además, son muy fáciles de dosificar, por el buen tacto del pedal.

Lo peor es que el ABS entra muy pronto en acción.

La dirección me ha convencido, porque siempre es lo bastante firme, incluso a muy alta velocidad, como para mantener un grado de eficacia suficiente; es precisa gracias también a los neumáticos de bajísimo perfil, que transmiten de forma rápida las órdenes del conductor.

Lo que no me ha gustado tanto es el accionamiento del cambio de seis velocidades, que encuentro algo ‘torpe’ para un coche de talante tan deportivo; me hubiera gustado que fuera más rápido de manejar.

En cuanto al consumo, me resulta elevado para tratarse de una mecánica 1.8… aunque habría que diferenciar dos situaciones.

Por ejemplo, si nos movemos a velocidades constantes las cifras no están nada mal para tratarse de un coche que rinde más de 200 CV.

Aquí la mencionada cilindrada juega a su favor, a lo que hay que sumar la presencia de una sexta marcha que permite viajar con el motor muy desahogado.

Pero si decidimos circular rápido de verdad, usando constantemente las marchas cortas y forzando mucho el ritmo, las cifras suben de forma considerable.

El precio, es elevado…Aunque, también es cierto que se trata de un coche un tanto minoritario, muy rápido, equipado con multitud de detalles… y, además, resulta más razonable que el de competidores directos como un Audi S3 o un Volkswagen Golf R32.

Incluso modelos más recientes, como el Ford Focus RS de 215 CV y el Alfa 147 GTA de 250 -que, como el Seat, sólo cuentan con tracción a las ruedas delanteras- son notablemente más costosos.

Además, sus ‘dotes’ son tan elevadas que incluso Seat lo usa como base para una copa monomarca.

Una de las ventajas que te permite un coche como éste es que consigue unas prestaciones similares a las de vehículos mucho más potentes y bastante más caros pertenecientes a las marcas de prestigio. Al ver el Cupra alguno pueden pensar que se trata de un compacto más, ‘adornado’ con unos cuantos elementos aerodinámicos… pero este modelo representa bastantes más cosas. Otro de sus aspectos más destacables es que, a pesar de su deportividad, no sacrifica la comodidad. Por último, el mayor inconveniente de este coche es que el público joven tendrá que pagar una póliza casi inalcanzable.