Las diferencias respecto al Variant son básicamente estéticas para aumentar la sensación de robustez: tiene paragolpes más voluminosos, taloneras y pasos de ruedas más marcados, paneles de protección de acero en los bajos del coche, barras de techo y llantas de 17 pulgada en diseño Valley. Lo que sí cambia es la distancia libre al suelo, que crece de 135 a 165 milímetros; el resultado son unos mejores ángulos de ataque y de salida para conseguir un plus de rendimiento en caminos fuera de asfalto. Por lo demás, mide los mismos 4,77 metros de longitud, con una anchura igualmente inalterada. Las cualidades ruteras también aumentan gracias al modo Off-Road, disponible en todocaminos como el Tiguan o el Touareg. Esta opción permite modificar la respuesta de la caja de cambios y de los sistemas de asistencia para adaptarse a una conducción por caminos. Otra opción derivada de los SUV es la tracción total 4Motion, aunque no todas las opciones mecánicas permiten su incorporación.
En el apartado mecánico no encontramos ninguna novedad: se ofrecerá con dos motores gasolina TSI de 160 y 210 CV y dos diésel TDI de 140 y 170 CV. Los dos motores más potentes vienen de serie con la tracción integral 4Motion y la caja de cambios automática de doble embrague DSG. En cuanto a consumos, el TDI de 140 CV con tracción total -es opcional- gasta 5,9 litros cada 100 km con unas emisiones de CO2 de 150 g/km, mientras que el 170 CV 4Motion sólo sube una décima: 6,0 litros.
El habitáculo también nos deja pistas de que nos encontramos en el interior del Alltrack, como las inscripciones específicas de esta versión, detalles de titanio, pedales de aluminio, tapicerías mixtas de tela y Alcantara… El equipamiento de serie incluye climatizador bizona, volante y pomo del cambio en cuero, sensor de lluvia, radio CD con Mp3…