Para mostrarnos en qué consiste exactamente un curso del Volkswagen Race Tour, la marca germana nos ha invitado a uno de ellos con ocasión de su -paso- por el circuito de El Jarama. La cita era a las 8:45 de la mañana en el paddock del mismo circuito, y conforme íbamos llegando, nos iban repartiendo en tres grupos. Esto posibilita que mientras uno de los grupos está realizando las pruebas de 4×4, otro esté rodando en el circuito y el tercero pueda realizar las pruebas de slalom y frenada en el paddock.
Tras una charla explicativa para mostrarnos en qué iba a consistir la jornada, nosotros comenzamos con la prueba de 4×4. Para ello, disponíamos de varios Tiguan y Touareg en diferentes configuraciones. Con ambos modelos había que probar el control de descensos en una fuerte bajada para, posteriormente, subir por una pendiente considerables. Después, se realizaba un pequeño recorrido para comprobar las aptitudes trialeras de cada modelo. Dado que el Touareg ofrece unas mayores prestaciones en campo que el Tiguan, el circuito diseñado para el -mayor- de los VW 4×4 era más duro y exigente.
A continuación, nuestro grupo tenía que realizar las pruebas en circuito. Primero, y después de que un monitor nos diese una vuelta a la pista para mostrarnos las trazadas, pudimos dar tres vueltas conduciendo un VW Bettle 2.0 TSI de 200 CV; a continuación, pudimos dar otras tres vueltas a los mandos de un Golf GTI 35 aniversario.
Tras esta prueba, sólo nos faltaba el tercer bucle: consistía en realizar una frenada de emergencia sobre una superficie asimétrica, es decir, con asfalto normal para las ruedas del lado izquierdo y cemento liso y deslizante con las del derecho. Primero, la prueba se realizaba con un Golf TSI Cabrio sin ABS -para ello, los monitores se encargan de quitar el fusible correspondiente-. Al frenar a fondo -a unos 50-60 km/h, el coche tendía a desestabilizarse… y terminabas trompeando; a continuación, al prueba se repetía con un coche idéntico con ABS y ESP. Al frenar a fondo, el coche no sólo no se cruzaba, sino que, además, frenaba en unos diez metros menos.
El tercer bucle también contaba con una prueba de velocidad en un circuito ratonero, de primera y segunda velocidad. Se realizaba con los Polo GTI y los tiempos se cronometran. Y, para terminar, podíamos probar el sistema Park Assist. Para ello, la marca había dispuesto un Touran equipado con este dispositivo para aparcar en línea -también puede aparcar en batería-.
