No, no es lo que estás pensando. Es más, tampoco es lo que pensé yo cuando escuché que iban a presentar el nuevo Volkswagen Scirocco. Me bastó con abrir las fotos para sospechar que, debajo de esos ligeros cambios estéticos, no iba a quedar lugar para incorporar la nueva plataforma MQB que sí emplea, por ejemplo, el Volkswagen Golf 7.
Pero te voy a decir una cosa; tampoco pasa nada. Es verdad que la plataforma PQ35 del Scirocco, aquella que llevaban los Golf 5 y 6, no es tan avanzada como la MQB, pero su resultado es tan bueno que descartar la compra de un Scirocco por este motivo es como decir que no te vas a comer una buena y jugosa tortilla de patata casera porque la que mola es la tortilla desestructurada de Ferrán Adriá.
Estéticamente, cambia lo justo
Además, con seis años en el mercado -este Scirocco data de 2008-, tampoco se puede decir que el Scirocco sea un modelo anticuado. El Scirocco tiene un diseño bastante fresco, y más ahora que añade detallitos como las luces de día por Leds, los pilotos traseros con esa misma tecnología o unos paragolpes delanteros que, ahora recuerdan a los del Golf GTI.
Por dentro, los cambios más llamativos son la incorporación de una batería con tres relojes sobre el salpicadero, un detalle en honor del Scirocco original de 1974. Lo que no cambia es, precisamente, lo que no debe cambiar: la calidad de acabados es soberbia y la postura al volante, que es bastante bajita, resulta perfecta. Detrás sigue habiendo sólo dos plazas en las que se pueden acomodar otros tantos adultos de mediana estatura, y los 312 litros de maletero no son una maravilla…pero no están nada mal para un modelo de este tipo.
Recordando al GTD
En el apartado mecánico es donde más novedades se aprecian. De media, los motores reducen sus emisiones y consumos en un 19%, mientras que las cifras de potencia aumentan en todos los casos hasta 20 CV. Uno de los motores más novedosos es este 2.0 TDI de 184 CV, que se puede adquirir tanto con cambio manual como automático DSG, en ambos casos de seis velocidades y siempre con tracción delantera. Con él, el Scirocco se convierte en un modelo con el que es sencillo mantener consumo de en torno a 6,0 l/100 km –dependiendo de lo que nos pese el pie derecho, se acercará más hacia los 5,5 l/100 km o hacia los 7,0-, con una respuesta muy enérgica desde poco más de 1.800 rpm que le permite obtener unas prestaciones bastante buenas –tarda 7,5 segundos en pasar de 0 a 100 km/h-.
Elegirlo con cambio manual significa tener a tu disposición una caja de cambios brillante por suavidad de manejo y precisión; por su parte, hacerlo con la variante DSG, supone un acierto por la rapidez con la que actúa.
El comportamiento también sigue siendo excelente, tanto que, como decía al principio, será muy complicado que vayas a echar de menos a la plataforma MQB del Golf 7. El Scirocco de nuestra prueba estaba equipado con una suspensión adaptativa con tres niveles de dureza que aseguraba una buena dosis de comodidad y un gran control de los balanceos de la carrocería –cuesta 950 euros-; además, la dirección se muestra muy precisa, el eje delantero tiene una gran facilidad para inscribirse en cada curva sin ponernos en apuros y el eje posterior, por su parte, parece que ha sido diseñado para no poner en apuros jamás a su conductor.
Con semejante conjunto, el Volkswagen Scirocco es un modelo extremadamente sencillo de conducir, con una agilidad que lo convierte en un modelo muy rápido pero con unas reacciones tan nobles como las de un inocente gatito. Es justo aquí donde uno puede ponerle alguna pega a este modelo, pues las reacciones del chasis son tan dulces que pueden quedarse algo cortas a la hora de transmitir deportividad.
En cuanto al precio, el Volkswagen Scirocco tampoco cambia: sigue sin ser un modelo barato, como así lo atestiguan los 31.280 euros que cuesta esta versión –son 280 euros más que un Golf GTD 3p-.