Los sistemas de cuatro ruedas directrices vivieron cierta popularidad en vehículos de corte deportivo, fundamentalmente japoneses, en los años 80 y 90, y en la actualidad están resurgiendo para aumentar la agilidad de los modelos más pesados y voluminosos.
Volkswagen Touareg 2018: Dirección activa en las ruedas traseras
Según la situación de conducción, el giro se efectuúa en las cuatro ruedas a la vez. La dirección a cuatro ruedas contribuye a convertir el Touareg en uno de los vehículos máss ágiles entre los grandes SUV.
La tercera generación del Volkswagen Touareg emplea un sistema relativamente sencillo, que consta de un motor eléctrico (1), un engranaje desmultiplicador (2) y dos semi-barras de dirección (3 y 4) que se conectan a la parte posterior inferior de los bujes de las ruedas traseras.
Por debajo de 37 km/h (5), Las ruedas traseras giran en sentido opuesto a las delanteras (siempre con un ángulo máximo de 5º). Con ello, el tren trasero amplía el radio de giro (recorta menos la curva), contribuyendo a que el Touareg gire en menos espacio y sea más sencillo de maniobrar.
Esto mejora la agilidad y la manejabilidad. Especialmente al maniobrar, se manifiesta la dirección a las cuatro ruedas a través de la reducción del radio de giro de 12,19 a 11,19 metros.
Por encima de 37 km/h (6), el objetivo es ganar agilidad, y para ello las ruedas traseras giran moderadamente en el mismo sentido que las delanteras, reduciendo el momento polar de inercia.
Esto aumenta considerablemente la estabilidad, dado que la dirección a las cuatro ruedas estabiliza en el cambio de carril, por ejemplo en maniobras de adelantamiento rápidas. Lo mismo se aplica en maniobras de desvío repentinas.