Volkswagen Race Tour: formación y sensaciones de competición

Allá por 2003, Volkswagen, y tras unas jornadas formativas para sus concesionarios que tuvieron lugar en el circuito de Jerez, decidió extender este concepto al resto de sus clientes y simpatizantes y creó en España su escuela de conducción. Era una apuesta por la seguridad y la formación y, 15 años después, la escuela se ha ampliado hasta realizar tres tipos de eventos anuales -la experiencia Race Tour, y las escuelas R y 4Motion- y, lo que es más importante, ha ayudado a mejorar la conducción de cerca de 22.000 personas.
Para celebrarlo, VW nos ha invitado a que viviéramos en primera persona uno de los cursos del Race Tour. ¿Y por qué este? Porque, a diferencia de la escuela R -de la que también existe una modalidad Junior, para conductores con menos de dos años de experiencia de carnet- y de la 4Motion, el Race Tour es gratuito: puedes apuntarte al sorteo de una plaza en http://drivingexperience.volkswagen.es; la escuela R cuesta desde 120 euros y la 4Motion, desde 160 euros. Además, el Race Tour se trata de un curso donde los conductores pueden, a través de sus cuatro módulos, aprender a conducir con más seguridad y, asimismo, descubrir en persona cómo funcionan las ayudas a la conducción más frecuentes en los vehículos nuevos. Este año ya se ha celebrado en el circuito de Monteblanco -Huelva-, al cierre de esta noticia está teniendo lugar en el Jarama, en Madrid; y el 28 y 29 de noviembre, se celebrará en la pista de Montmeló, en Barcelona.
Experiencias intensas
La cita era a las 8.30 horas en el Circuito del Jarama, donde el grupo de prensa compartiría pista y cursos con otros 200 conductores. Por eso, y tras una introducción a cargo de Luis Moya, embajador de la marca, nos dispusimos a disfrutar de los cuatro módulos de los que consta el curso -pista, demostración de asistentes a la conducción, conducción segura y conducción 4Motion-, que pueden variar el orden en función del grupo en el que te toque. ¿El primero al que nos enfrentamos nosotros? La pista del Jarama… al volante de un VW Golf GTI de 230 CV o de un Golf R de 310 CV, aunque siempre nos acompañará un instructor como copiloto.
Para este evento, la gente de VW había marcado, con conos azules, el punto de entrada, el vértice y el punto de salida de cada curva de la pista; o lo que es lo mismo, dónde había que empezar a frenar para tomar la misma, dónde debía el coche circular más cercano al interior de la misma -y a partir de dónde había que empezar a acelerar- y el punto hacía donde debía dirigirse el coche tras ´tocar´ el vértice. Con esas indicaciones y los útiles consejos de los instructores -«siempre mira hacia dónde quieras dirigirte»; «debes frenar con decisión al acercarte a la curva y acelerar una vez tengas las ruedas rectas, si no, te perjudicará el control de tracción»…-, disfrutar de la pista madrileña -y sentirte como un piloto- resulta muy fácil y también seguro.
Una vez abandonada la pista -a nuestro pesar-, toca asistir a la demostración de los asistentes de seguridad. En este módulo, los asistentes al Race Tour conducirán un Volkswagen Arteon TSI con 280 CV por la pista, siguiendo a otros modelos similares… para comprobar la función del control de crucero inteligente o ACC. Así, y una vez activado este sistema, resulta sorprendente como, incluso en pista, nuestro Arteon regula por si sólo la velocidad manteniendo la distancia con el vehículo que le precede. Y, si este se detiene, nuestro coche lo hace igual. ¿El único ´pero´? Cuando el vehículo que va delante nuestra toma curvas muy cerradas, el radar de nuestro coche puede llegar a perder su referencia, momento en el Arteon tiende a acelerar hasta la velocidad fijada con anterioridad. Lo bueno es que esta circunstancia nunca se dará en carreteras o autopistas y que, una vez que tomas la misma curva y el radar vuelve a captar al vehículo precedente, el ACC vuelve a funcionar a la perfección.
El módulo de asistentes de seguridad finaliza con una prueba mucho más movida. Se trata de que los ocupantes prueben por si mismos la función Pre Safe de preparación ante un posible impacto: en caso de detectar un peligro, el coche tensa los cinturones, cierra el techo solar al completo y las ventanillas hasta los ¾ de su altura (deja algo de apertura para que, si se disparan los airbags, la onda expansiva de los mismos pueda escapar del vehículo) y, si es necesario -por ejemplo, ante un derrape-, pone en funcionamiento el ESP. Los asistentes al Race Tour podrán probar todo eso en una experiencia… impactante. Consiste en montar en un Arteon con el que un instructor pega un brusco volantazo una vez alcanza los 90 ó 100 km/h. El ESP entra en funcionamiento de inmediato y ayuda al conductor a mantener el control del coche mientras contravolantea. A su vez, los pasajeros quedan sujetos por la acción de los cinturones e, instantes después de la experiencia, descubren que las ventanillas y el techo solar se han cerrado automáticamente.
El siguiente módulo que nos toca es el de conducción 4Motion, que VW realiza con los recientes T-Roc y Tiguan AllSpace. En las jornadas del Jarama, estas demostraciones tiene lugar en el circuito off road de la pista madrileña, donde se les enseña a los asistentes la función de los diferenciales electrónicos, la del asistente de arranque en pendiente y la del control automático de descenso; disponibles en la gama 4Motion de ambos modelos. La primera demostración tiene lugar en un obstáculo que, al circular sobre él, hace que una de las ruedas traseras quede en el aire: aun así el diferencial electrónico del eje posterior envía parte del par motor disponible a la rueda que mantiene el contacto con el suelo y, gracias a ello, el coche avanza sin problemas. Poco después, el instructor que nos acompaña nos hace detenernos mientas subimos una pronunciada cuesta: es la hora de probar el asistente de arranque en pendiente, que se activa automáticamente cuando el coche detecta la misma y pisamos el freno. Esta ayuda mantiene el coche en su posición y sin dejarlo caer durante aproximadamente 3 segundos, tiempo suficiente para que, en caso de problemas, podamos acelerar y sacar el coche de la pendiente. «Fácil, fácil», que diría un conocido cocinero televisivo.
Y lo mismo ocurre al probar el control de descensos. Una vez que el vehículo detecta la pendiente, pasa a gestionar automáticamente el sistema de frenos con la ayuda del ESP para mantener una velocidad reducida -a partir de unos 3 km/h- mientras el vehículo realiza el descenso. Funciona de forma automática y el conductor puede incluso retirar el pie del freno.
Frenada y esquiva
La jornada continúa, y es hora de pasar al último módulo: el de conducción segura. Consta de dos pruebas, la de frenada de emergencia y esquiva, que se lleva a cabo con un Volkwagen Golf R, y la de conducción en circuito de conos, que potencia la coordinación de manos, pies y vista y en la que los asistentes conducirán un Volkswagen Polo 1.0 TSI.
«Acelerad a fondo, con el cambio automático en modo Sport y, sólo cuando hayáis superado los conos naranjas, clavad los frenos a tope y girad de forma suave -nada de volantazos o podríais perder el control del coche- para evitar los conos que simulan un obstáculo». Escrito tal como lo cuentan los instructores de Volkswagen, la prueba de frenada y esquiva hasta parece fácil pero, al iniciar este ejercicio, que simula la aparición de un obstáculo en la carretera y su posterior esquiva, la distancia entre el punto de inicio de frenada y el obstáculo se nos antoja escasa, casi demasiado escasa. Sin embargo, cuando llegas a unos 70 km/h y si pisas el freno ´como si no hubiera un mañana´, la respuesta del Golf R es casi brutal, pero muy efectiva: un rápido y suave giro de volante, otra potente frenada y hemos detenido el coche con seguridad y sin chocar contra el obstáculo. Repetimos la prueba un par de veces, pero el instructor se guarda un consejo muy útil para el final: «aprovechad todo el ancho de la carretera para evitar el obstáculo». O lo que es lo mismo, si se puede, se debe aprovechar el lado de la carretera hacia donde queramos realizar la esquiva; de esta forma, el giro que tengamos que realizar será más suave y fácil de controlar.
Ya más tranquilos, afrontamos la última prueba: un revirado circuito de conos donde deberemos ratonear con el coche -por eso, los instructores lo llaman el circuito Mickey Mouse- para realizarlo en el menor tiempo posible. «De lo que se trata es de lograr la mejor coordinación entre manos, pies y vista ya que, durante una conducción por vías reviradas, mucha información visual no la recibiremos por la luneta delantera, sino por las ventanillas laterales», explican los instructores, a la vez que recomiendan «frenar fuerte antes de las curvas, acelerar suavemente al salir de estas y a tope cuando nos hallemos en una recta». Y, cronometro en mano, tienen razón: los mejores tiempos salen cuando realizamos una conducción ágil pero suave y coordinada; ya que, en un circuito con curvas tan próximas y cerradas, las frenadas y maniobras bruscas ralentizan nuestra conducción.
La mañana y el Race Tour ha finalizado y no podemos hacer otra cosa que recomendarlo. Te servirá para convertirte en un mejor conductor, te lo pasarás muy bien y, encima, puede salirte gratis ¿A qué estás esperando para apuntarte?