El análisis de seguridad realizado gratuitamente por Bridgstone durante el año 2009 y llevado a cabo en 52.400 coches, en 15 países de la UE, demostró que un 81% de los conductores circulan con la presión de los neumáticos de su vehículo demasiado baja. Este hábito supone el gasto extra de 4.000 millones de litros de combustible -con un coste equivalente a 5.200 millones de euros – , y la emisión de 9,3 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a 3,47 g/km de CO2 en un año por cada coche que circula en las carreteras europeas.
Además, los datos demostraron que el 26,5% de los conductores conducen con la presión de las ruedas notablemente baja -al menos, 0,5 bares por debajo de la presión recomendada por elfabricante- y que el 7,5% ponen en claro riesgo su seguridad al conducir con la presión de sus neumáticos extremadamente baja -al menos, 0,75 bares por debajo de la presión recomendada-.
Por otra parte, el 17% de los conductores analizados circulaban con un dibujo de la banda de rodadura inferior a 1,6 milímetros en sus neumáticos, mínimo legal exigido por la UE. Además, alrededor del 9% de los neumáticos inspeccionados estaban muy gastados e insuficientemente inflados, al mismo tiempo.
El estudio realizado por Bridgestone se llevó a cabo en centros comerciales y aparcamientos públicos de toda Europa, a lo largo de 2009, y estas pruebas forman parte de la campaña de seguridad vial presentada en el año 2005 y denominada -Antes de Conducir, Piensa- -una iniciativa mundial conjunta de la FIA (Federation Internationale de l-Automobile), la Corporación Bridgestone y los autoclubes nacionales-.
