La Operación Basahnya comenzó el pasado mes de febrero, y se desarrrolló en España, Portugal y Suiza. Las treinta personas arrestadas están acusadas de delitos contra la libre competencia, contra la hacienda pública, de blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y falsedad documental. El volumen de negocio detectado en las cuentas de estas organizaciones superaba los mil millones de euros, realizando su actividad a través de sociedades en todo tipo de países: Portugal, Bélgica, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán… y, por supuesto, España.
Estas bandas compraban grandes cantidades de gasolina y gasóleo presentando a Hacienda declaraciones falsas de IVA, de forma que a continuación podían volver a vender estos combustibles a precios más bajos que los de cualquier gasolinera. Con este método lograron defraudar 120 millones de euros. Parte del dinero conseguido lo reinvertían en estructuras empresariales legales. Llevaban cuatro años ejerciendo esta actividad fraudulenta en Cataluña, Galicia y el centro del país.
La Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), dependiente de la Agencia Tributaria, detectó la estafa y tomó cartas en el asunto, con el apoyo de los especialistas en investigación económica de la Guardia Civil. El resultado de los 23 registros efectuados por la Guardia Civil es asombroso: Han aparecido 79 coches de alta gama, 20 millones de euros en diversass cuentas bancarias… ¡y 3,5 millones de litros de combustible! También hay intervenidos 209 inmuebles.