Por ejemplo, en el caso del nuevo Renault Fluence Z.E. -la berlina eléctrica que se acaba de poner a la venta y que está fabricada sobre la base del Fluence- la marca ha prestado especial atención a que sus baterías, alojadas tras el respaldo de las plazas traseras, no generen calor -extra- en el habitáculo, a que se mantengan estancas frente al polvo y el agua; y también a que, en caso de impacto trasero, no supongan un riesgo para los ocupantes de quienes viajen detrás… -todas estas comprobaciones se realizan en su centro técnico de pruebas de P-Aubevoye, al norte de Francia-.
Además, como tónica habitual, las primeras unidades de los modelos eléctricos de cada marca se venden, sobre todo, a empresas con flota de vehículos. Esto se debe a dos razones: 1.- La facilidad que tienen las compañías para recargar estos vehículos en sus instalaciones. 2.- Debido al gran número de kilómetros que realizan con estos coches, resultan un banco de pruebas ‘ideal’ para las marcas.
El resultado, sobre todo en materia de seguridad, es magnífico, como hemos visto en las pruebas de choque realizadas por Euro NCAP, en las que el Mitsubishi i-MiEV ha conseguido cuatro estrellas y el Nissan Leaf se ha alzado con la máxima distinción: cinco estrellas.
Si todavía tienes dudas sobre la seguridad de estos modelos, Renault realizó una prueba con el Fluence Z.E. para demostrar que el riesgo de electrocución en caso de accidente es nulo.