Esta no es una historia cualquiera. Canadá es un país muy dispar en cuanto a la sanciones legales, tanto que el protagonista de esta historia, un bombero de Ottawa, fue absuelto de todos los cargos por conducir su vehículo «demasiado borracho», según el juez.
El bombero voluntario de Ottawa, Trevor Clarke, fue declarado no culpable de los cargos de golpe y huida impuestas contra él. Y es que Clarke fue detenido por conducir bajo la influencia de alcohol y al realizar las pertinentes pruebas, su nivel de alcohol en la sangre era cuatro veces superior al permitido por la ley.
Antes de ser detenido por la policía, Clarke golpeó con su camión a una ciclista, que sufrió una lesión cerebral, y no se detuvo a socorrerla. El juez consideró que Clarke estaba tan borracho que en realidad no se dio cuenta que había golpeado a alguien, y por lo tanto no sabía que tenía que parar.
Además de conseguir la absolución de su cliente, el abogado de Clarke también presentó una demanda por la «excesiva violencia» empleada por la policía a la hora de detenerle.