La séptima generación del Rolls-Royce Phantom se ha convertido en noticia tras revelar la propia marca que su producción llega a su fin de forma inmediata con un último modelo (el de la imagen) que pondrá punto y final a 13 años de producción ininterrumpida en la fábrica de Goodwood, Reino Unido.
El Phantom es el buque insignia de Rolls-Royce, un modelo que permitió a la marca británica dar el salto al siglo XXI y seguir compitiendo por una posición privilegiada en el mercado. Se trata de un coche de 5,8 metros de largo, también disponible con una carrocería extendida de 6 metros, en versión coupé y por último, como descapotable. Bajo el capó, el Rolls Royce Phantom guarda un potente motor V12 de 6,7 litros atmosférico de 460 CV.
La última unidad en salir de fábrica (imagen) será una versión de batalla larga íntegramente diseñada para celebrar la edad de oro de la marca. Todos los detalles han sido muy cuidados. El exterior está acabado en pintura de terciopelo azul. La estatuilla del ‘Espíritu de Éxtasis’, que corona todos los coches de la marca, está hecha de plata sólida.
En el interior, los detalles se han cuidado al máximo. Tanto es así, que los relojes de la cabina delantera y la pared divisoria han sido diseñados para reflejar el estilo de los relojes de radio que adornaban los grandes transatlánticos. Además, el Bezel que expresa 24 zonas horarias permite al usuario girarlo como lo desee, dependiendo de en qué lugar del mundo se encuentre. A esto hay que sumar un equipamiento de auténtico lujo y mucha tecnología en lo referente a seguridad y ayudas a la conducción.
El fin de la línea de producción del Rolls-Royce Phantom después de 13 años, dará paso en 2018 al lanzamiento de un nuevo Rolls-Royce Phantom VIII, un modelo que estará respaldado por una nueva arquitectura de aluminio para adaptarse a los tiempos actuales y dar un paso adelante con respecto a sus antecesores.
