Con la llegada de septiembre se enfrenta uno de los periodos más difíciles del año. Lo primero es porque ya somos conscientes de que se acaba el verano y que durante estos meses (con vacaciones o no) nos hemos relajado con el uso de la tarjeta de crédito. El clima comienza a cambiar rápido, algunas terrazas o chiringuitos se esfuman y el optimismo generalizado se convierte en un realismo atroz. Al coche le hemos metido tal paliza que va a necesitar una buena revisión, por el desgaste del verano y por la desgracia de algún bache que lo ha dejado tocado.
Casi todo tiene solución, se pueden ajustar los gastos y con un poco de habilidad y ayuda, como la que encontrarás en el número de septiembre de Autofácil, se logra ahorrar lo suficiente para sacar todo adelante. Otros han decidido que este verano fue el último del coche; ‘ya hay que cambiarlo’ y, siendo hábil, se pueden lograr auténticos chollos (te lo contamos en la página 42). Al final se trata de ahorrar al máximo, hasta el extremo de que algunos buscan soluciones poco ortodoxas, que incluso rozan lo ilegal o aumentan la situación de riesgo que ya implica moverse en coche. Por ahí vamos mal.
Como malo e imperdonable es el pésimo mantenimiento de las carreteras que pueden provocar los principales problemas mecánicos y riesgo de accidentes. Cada uno tendrá su propia experiencia, lugar localizado y averías. En mi caso me pudo costar un fuerte golpe con la moto y seguro que a otros les ha sacado de la trayectoria. Hace semanas que un cono y una señal de peligro marcaban algo, 15 días después cuando he trazado por el carril de la derecha he intuido lo que anticipaban 200 metros antes: es un gran bache en ese carril. No se si la reparación dependerá del Ministerio de Fomento o de la Comunidad de Madrid, pero no se puede escatimar en seguridad pasiva, tan pasiva como una carretera, y dejarlo indefinidamente todo el verano porque alguien se ha ido de vacaciones, da igual si pasa una persona o diez mil al día.
Ahorrar sí, estamos de acuerdo. Y no es necesario reasfaltar todas las carreteras, pero sí deben repararse inmediatamente las que estén en mal estado. ¡Malditas carreteras!