
ACERCA DE… | Ángel Doménech |
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Quién es | Este piloto madrileño es el actual campeón de Madrid de rallyes, donde compite con un Mitsubishi Lancer Evo IX preparado por su propio equipo, Magia Motor -www.magiamotor.com / tel. 91 316 42 84-. |
Su palmarés | Comenzó a correr en 1990 con un Fiat Uno Turbo en el campeonato de Rallyes de Madrid, modelo que cambió por un Lancia Delta HF Integrale 16V, en 1992. En 1995, pasa al Campeonato de España, y logra numerosas victorias en el Trofeo Cinquecento, el Trofeo Saxo, la Copa Punto y el Desafío Peugeot; desde 2008, compite con el Evo IX. |
Y también |
Ángel es colaborador habitual de Autofácil… y, además, es muy aficionado a participar en maratones. |
En general, cuando alguien escucha el nombre ‘Maserati’ lo asocia con una marca italiana que fabrica deportivos. Y no están equivocados. Sin embargo, la mayoría desconoce un -pequeño- detalle capaz de sorprender a cualquiera: es la segunda marca de Ferrari.
Por tanto, el modelo que hoy voy a probar en Módena -Italia- es algo así como… lo más parecido a un Ferrari de cuatro puertas. En concreto, se trata de un Maserati Quattroporte Sport GT S y, la verdad, la primera vez que lo ves -en directo- impresiona. No llega a ‘deslumbrarte’ como lo hace un Ferrari -es más, su estilo resulta bastante ‘clásico’-, pero sí es capaz de atraer unas cuantas miradas. Y es que, si un modelo de 5,09 m de largo ya de por sí llama la atención, en este caso hay que añadir detalles como el color rojo chillón de esta unidad -denominado Rosso Mondiale… y que cuesta 2.615e- y sus generosas llantas de 20″ -puedes elegir éstas o unas de -sólo- 19» sin sobreprecio-; en opción, hay otras dos de 20- con un diseño diferente por 719e-. En conjunto, tal es su espectacularidad que no necesita recurrir a alerones ni nada parecido para demostrar que estamos ante todo un deportivo.
La gran familia Quattroporte
La gama Quattroporte está formada, básicamente, por tres versiones: la primera equipa un motor 4.2 V8 de 400 CV y cuesta desde 126.116e; la segunda, denominada S, monta un 4.7 V8 de 430 CV, desde 135.792e; y, por último, está la Sport GT S, que es la de esta prueba y vale 149.486e. Los diferentes niveles de acabado hacen que existan dos Quattroporte ‘básicos’ y cuatro S.
La gran parrilla delantera asegura una buena refrigeración del motor; mantiene el clásico diseño de la marca y, también, su famoso tridente.
Los nuevos faros delanteros incluyen luz de día con Led’s y, de serie, emplean xenón para la luz de cruce y de carretera. Eso sí, ni en opción pueden girar en las curvas.
Estas salidas de escape son exclusivas de la versión Sport GT S; destacan por ofrecer un bonito sonido deportivo… que aumenta considerablemente al pulsar el botón Sport.
Las llantas de 20 pulgadas de nuestra unidad son muy bonitas… pero algo exageradas; con las de 19″ va más que sobrado -las dos se ofrecen sin sobreprecio-.
Por dentro no es amplio…¿y qué?
En el interior ocurre algo similar. El salpicadero muestra un diseño tradicional -e, incluye un equipo de audio con navegador… idéntico al que llevan los Peugeot más equipados-, y, desde luego, el volante rematado en Alcántara con sus dos grandes levas para manejar el cambio secuencial, las costuras del cuero en rojo, las inserciones en fibra de carbono o los dos asientos deportivos delanteros te hacen pensar que, desde luego y pese a su tamaño, este no va a ser el coche ideal para transportar a un ministro. Una sensación que se confirma por completo al poner en marcha el motor. En ese momento, cobra vida un V8 gasolina de 4.7 litros y 440 CV con un sonido deportivo, grave e intenso que se filtra en el interior con más facilidad que en cualquier otra berlina de lujo…
Qué lleva de serie
ABS, EBD, TCS, ESP, seis airbags, Bluetooth, climatizador bizona, control de velocidad y de aparcamiento trasero, dirección asistida variable, equipo de audio Bose con CD y navegador, faros bixenón, llantas de 20″, asientos deportivos eléctricos, suspensión deportiva, tapicería de cuero -nueve tonos a elegir- y Alcántara -cinco tonos-, sensor de luz y lluvia… En opción: techo solar -2.059e-, rueda de repuesto -981e; de serie, kit reparapinchazos-, pintura metalizada -990e-, sensor de párking delantero -850e-, pintura individualizada* -2.615e-, asientos traseros con ventilación y masaje -6.276e-, cristales oscurecidos -1.621e- sintonizador de TV -1.111e-, …
Lo que dan de sí 440 CV
Pese a tener una suspensión bastante dura -ya la querrían para sí algunos GTI…- y un motor que -como veremos- es muy temperamental, el Maserati se desplaza por el tráfico urbano sin más problema que los que puedan ocasionar sus más de cinco metros de largo… y un consumo que, en este escenario, nunca baja de los 20 l/100 km… Ya en autopista, empieza a demostrarme que tiene mucho más de deportivo que de berlina; aquí se confirma que la amortiguación de esta berlina deportiva es realmente dura, tanto que, en un viaje largo, nuestros pasajeros -está homologada para cinco, pero sólo es recomendable para cuatro si quieren ir realmente cómodos- no se quedarán dormidos con facilidad… Pero ahora voy yo solito, así que me toca descubrir de qué es capaz; como requisito previo, pulso un botón que lleva impresa la leyenda Sport -situado en la parte superior izquierda de la consola central- y cuyo objetivo es que la respuesta del acelerador sea más instantánea, los controles de tracción y estabilidad sean un poco más ‘permisivos’ y el sonido del motor se vuelva todavía más grave, profundo… y bonito -algo que consigue modificando el recorrido de los gases que salen por el escape-. Acelero a fondo y el GT S gana velocidad de una forma tan contundente y progresiva que me veo empotrado contra el respaldo del asiento de manera constante. Al llegar a las 7.200 rpm, el cambio automático-secuencial de seis velocidades que lleva este Quattroporte, sólo piensa en subir de marcha tan rápido como le es posible.
Los cambios son algo bruscos, pero casi instantáneos… y el resultado es una aceleración contínua y brutal que sólo parece atenuarse levemente cuando ya ha rebasado los 220 km/h. Aún así, doy fe de que los 285 km/h de velocidad máxima que declara la marca son fáciles de divisar en el velocímetro; algo ‘vetado’ a rivales como el Audi S8 o el Mercedes S AMG, limitados electrónicamente por sus marcas a 250 km/h…
Sorprende que sea tan ágil
Que el Maserati sea rapidísimo en autopista no me sorprende, pero… ¿qué tal lo hará en zonas más lentas? Decido tomar el primer desvió hacia una carretera revirada y, para ‘involucrarme’ más en la conducción, lo siguiente que hago es seleccionar la función secuencial de la caja automática. Basta desplazar su palanca hacia la izquierda para poder cambiar de forma manual, bien a través de dicha palanca -subes de marcha tirando de ella hacia atrás y reduces empujándola hacia delante-, o bien con las dos enormes levas que hay a ambos lados del volante -la de la derecha aumenta de marcha y la de la izquierda reduce-. Me detengo en un Stop. Introduzco la primera -nadie por aquí, nadie por allá-, giro hacia la derecha y piso a fondo el pedal del acelerador. Como ‘buen Maserati’, el GT S es un propulsión trasera que responde a mi pisotón con una impresionante derrapada del tren trasero. Levanto un poco el pie del acelerador y contravolanteo, pero la aceleración es tal que, cuando inserto la segunda velocidad, aún noto cómo la parte trasera del coche sigue deslizando ligeramente… La segunda se me agota en cuestión de segundos; de hecho, apenas han pasado cinco y ya voy a más de 100 km/h…
Nunca le pierdas en el respeto
El GT S, a través de una dirección un poco lenta pero muy precisa, me permite trazar las curvas con exactitud; mucha más de la que me esperaba en un modelo que pesa 1.990 kilos. Sin embargo, el trabajo de la suspensión es tan bueno que elimina casi por completo cualquier balanceo de la carrocería y eso sirve para enlazar curvas con una agilidad impensable. Lógicamente, no lo hace con la facilidad con la que las afrontaría un pequeño Renault Clio RS… pero su eficacia es admirable. Es más, conforme te vas haciendo -amigo- del Maserati, descubres que puedes pasarlas todas describiendo una bonita derrapada; eso sí, conseguirlo no es fácil y mucho menos controlarlo debido a la velocidad con la que ocurre y al gran peso del coche: mejor déjalo para un día que vayas a un circuito.
Tras 27 km por esta carretera, me doy cuenta de dos cosas: una, que los frenos, a pesar de tener un pedal de tacto ‘esponjoso’ al principio del recorrido que no me inspiraba mucha confianza, tienen una potencia adecuada y no me transmiten evidentes síntomas de fatiga; y, dos, que el consumo se ha disparado por encima de los 35 l/100 km… y la aguja del depósito de 90 litros ha bajado muchísimo, así que opto por volver al párking del hotel.
149.486 euros. Eso es lo que cuesta este Maserati. ¿Los vale? Por prestaciones, comportamiento y exclusividad, sí. Lo malo es que un Audi S8 ‘sólo’ cuesta 112.420e.
Ficha técnica
CUÁNTO CUESTA | |
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Precio | 149.486 euros / 24.872.378 ptas |
Seguro | 4.611,16 euros / 767.232 ptas |
Garantía | Tres años sin límite de km -se está estudiando un programa de ampliación de garantía-. Otras garantías: Tres años frente a defectos en la pintura y frente a corrosión de la carrocería. |
CUÁNTO CORRE | |
De 0 a 100 km/hora | 5,1 seg. |
De 0 a 1000 m | 24,1 seg |
Velocidad máxima | 285 km/h |
MECÁNICA | |
Motor | Ocho cilindros en V 90º, 4.691 cc |
Potencia | 440 CV a 7.000 rpm |
Par máximo | 49,5 mkg (490 Nm) a 4.750 rpm |
Relación peso/potencia | 4,52 kg/CV |
Cambio | Automática, de seis velocidades |
Propulsión | Tracción Trasera |
CONSUMO | |
Urbano | 23,9 l/100 km |
Extraurbano | 10,9 l/100 km |
Mixto | 15,7 l/100 km |
El Maserati Quattroporte Sport GT S es la berlina de súper-lujo más deportiva y radical que uno puede adquirir en la actualidad… y, también, una de las más exclusivas y con más ‘personalidad’ debido a su parentesco con Ferrari. Sus prestaciones son muy buenas y tiene un comportamiento muy efectivo… pero se trata de un modelo exigente con su conductor si se trata de obtener el máximo de su rendimiento. Además, la dureza de su suspensión hace que no resulte nada cómodo para afrontar viajes largos, tiene un consumo muy elevado y su calidad de acabados no es la de las grandes berlinas alemanas -Mercedes, Audi o BMW, principalmente-.
Rivales
Audi S8 5.2 FSI Quattro Aut.
+ Es más barato y el único con tracción total
– Prestaciones frente a sus rivales
BMW M5 5.0 V10
+ Tecnología, caja de cambio, prestaciones
– Frenos sólo correctos, no es muy cómodo
Mercedes S63 AMG
+ Comodidad, calidad de acabados, imagen
– Precio, tamaño, peso, consumos