Una cámara, un ordenador y un gran talento son las armas que han convertido a Fabian Oefner en un artista inigualable y novedoso. Su arte consiste en fotografiar superdeportivos clásicos, y plasmarlos en una imagen estática, pero de una forma completamente diferente a lo visto hasta ahora.
Fabian Oefner no fotografía los coches de una manera cualquiera, sino que es capaz de crear un efecto explosivo. Este fotógrafo suizo trabaja directamente con algunos fabricantes de automóviles para crear modelos perfectos en una escala más pequeña del tamaño real. En esta réplicas se cuida hasta el más mínimo detalle, incluidas todas las piezas internas.
Para conseguir las increíbles fotografías que componen su obre, Oefner desmonta el modelo y fotografía todas y cada una de las piezas que componen el coche desde un ángulo diferente, pero calculado al milímetro, para después juntarlas digitalmente y crear un efecto espectacular.
Oefner define sus fotografías de una forma muy sencilla. «Es una combinación entre el amor de los coches y la idea de detener el tiempo».