En la historia de los coches exclusivos, pocos modelos son tan singulares como el Aston Martin Cygnet V8 Super. Este vehículo, que originalmente nació como un pequeño urbano basado en el Toyota iQ, fue transformado por la firma británica para convertirse en una obra maestra de ingeniería, al incorporar el motor V8 de un Aston Martin V8 Vantage S. Ahora, más de siete años después de su debut en el Festival de la Velocidad de Goodwood, este excepcional automóvil está disponible para su venta, convirtiéndolo en el coche urbano más rápido y único del mundo.
El origen del Aston Martin Cygnet
La historia del Aston Martin Cygnet comenzó en 2011, cuando la marca británica se enfrentaba a una normativa europea de emisiones que amenazaba con multas sustanciales. Para cumplir con las exigencias medioambientales y reducir la media de emisiones de su flota, Aston Martin decidió crear un coche pequeño, basado en el Toyota iQ, que pudiera ayudar a bajar esos niveles sin comprometer la imagen de lujo de la marca.
El Cygnet, un compacto de 2,98 metros, se presentó como el modelo más asequible de Aston Martin. Sin embargo, su precio elevado, de casi 40.000 euros, y su tamaño reducido hicieron que las ventas no alcanzaran las expectativas de la marca. De las 4.000 unidades previstas, solo se fabricaron poco menos de 1.000, y apenas 600 ejemplares llegaron a los concesionarios. Este proyecto, que parecía una respuesta a las regulaciones medioambientales, se canceló después de solo dos años de producción.
La creación del Aston Martin V8 Super Cygnet
A pesar del fracaso comercial del Cygnet, la historia de este modelo no terminó allí. En 2018, Aston Martin sorprendió al mundo del motor con una creación que llevaría el Cygnet a un nivel completamente nuevo. Un comprador, insatisfecho con las prestaciones del pequeño urbano, decidió recurrir al departamento de personalización Q de Aston Martin para transformar su vehículo en una máquina de alto rendimiento. El resultado fue el Aston Martin V8 Super Cygnet, un coche único con el motor V8 atmosférico de 4,7 litros del Aston Martin V8 Vantage S, capaz de generar 436 CV y un par máximo de 490 Nm.
Para alojar este motor en el Cygnet, los ingenieros de Aston Martin tuvieron que realizar modificaciones sustanciales. El chasis fue reforzado, tomando elementos del Aston Martin V8 Vantage, y el coche creció hasta los 3,7 metros de largo. A pesar de estas modificaciones, el peso se mantuvo contenido en 1.375 kg. El resultado fue un coche que aceleraba de 0 a 100 km/h en solo 4,2 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 274 km/h, lo que lo convertía en un urbano con prestaciones de superdeportivo.
Un vehículo único con prestaciones extremas
El Aston Martin V8 Super Cygnet no solo se destaca por su motor y prestaciones, sino también por los detalles de su diseño y sus componentes de alta gama. El coche cuenta con una jaula antivuelco, una caja de cambios automática Sportshift II del Vantage, frenos de alto rendimiento, llantas forjadas de 19 pulgadas, y un sistema de escape personalizado. En el interior, se pueden encontrar asientos Recaro, volante de competición y un sistema de infotainment con puertos USB, tiradores de puertas de cuero y posavasos, lo que lo convierte en un coche no solo rápido, sino también apto para el uso diario.
A pesar de ser un coche de altas prestaciones, el Aston Martin V8 Super Cygnet está homologado para circular por la vía pública, lo que significa que su dueño puede disfrutar de su velocidad y exclusividad en cualquier momento. El vehículo tiene un historial de uso muy limitado, con solo 4.600 kilómetros en su haber, lo que lo mantiene en condiciones «casi como nuevas».
El precio de la exclusividad
Aunque el precio del Aston Martin V8 Super Cygnet no se ha revelado, se sabe que es un vehículo extremadamente exclusivo. Mientras que los modelos convencionales de Cygnet pueden encontrarse por entre 34.000 y 50.000 euros, este ejemplar único, con su motor V8, se espera que tenga un precio mucho más elevado. La unidad está siendo vendida a través del concesionario especializado Nicholas Mee, ubicado al norte de Londres, y está destinada a un comprador que valore no solo su rendimiento, sino también su historia y su exclusividad.
