Sí, porque la berlina deportiva sustituye su motor de combustión por dos motores eléctricos síncronos (uno por eje, dando comentada tracción quattro) que le permiten contar con una potencia conjunta de 231 CV, acelerar de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y alcanzar los 190 km/h.
Gracias a sus baterías de iones de litio, podrá recorrer 50 km y, una vez se agote, recargarla de nuevo en menos de cuatro horas en una toma de corriente convencional, o dos si se trata de una trifásica.

A esta batería se le añaden cuatro depósitos de hidrógeno situados bajo el maletero y por delante del eje delantero que permite mover al vehículo. Así, cuando recurre a la pila de combustible la autonomía final aumenta considerablemente, hasta los 500 km, para ser más exactos.
Según la propia marca, durante ese recorrido, la pila transforma cinco kilos de hidrógeno en electricidad, lo que equivaldría a 18,5 litros de gasolina, aunque con la gran diferencia de que lo único que se emite es vapor de agua.
La pila está formada por unas 300 celdas de polímero alimentadas por un turbocompresor y una bomba que recircula el hidrógeno y que pueden funcionar a 80ºC.
Según la propia marca, durante ese recorrido, la pila transforma cinco kilos de hidrógeno en electricidad, lo que equivaldría a 18,5 litros de gasolina, aunque con la gran diferencia de que lo único que se emite es vapor de agua.
La pila está formada por unas 300 celdas de polímero alimentadas por un turbocompresor y una bomba que recircula el hidrógeno y que pueden funcionar a 80ºC.