De esta forma Audi no solo consigue construir el Q3 más potente sino que además se hace poseedora del único SUV compacto que supera la barrera de los 300 CV. Esto lo consigue gracias al conocidísimo motor de cinco cilindros 2.5 TFSI de 310 CV -que ya emplean el RS3 o el TT RS- y 450 Nm de par. Gracias a él, el RSQ3 alcanza los 250 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos –igual que un Porsche Boxter S-. Una de las máximas de Audi con este modelo era ahorrar peso y ganar en eficacia y dinamismo. Lo primero, como es obvio, no lo ha conseguido es 90 kg más pesado que un Q3 2.0 TFSI de 211 CV, mientras que en lo segundo, roza el sobresaliente.
No solo por su mecánica, sino por un chasis verdaderamente ágil -que ha sido rebajado 25 mm con respecto a un Q3 normal y acercándole más a un A3– y en el que la electrónica tiene mucho que decir, sobre todo en lo que a tracción se refiere, que es idéntica a la del resto de la gama: un embrague multidisco alojado junto al diferencial trasero es el que se encarga de transmitir el par necesario entre cada uno de los ejes dependiendo de las condiciones de la conducción.
La toma de contacto se realizó por las carreteras de montaña de los Alpes, formando parte del Land of Quattro, Alpen Tour 2013 de Audi. Nuestro recorrido discurrió desde Mónaco hasta Interlaken (Suiza), divido en dos etapas. La primera, desde la ciudad monegasca hasta Megève (Francia) atravesó los picos de Vars (2.100 m), la Bonette (2.802 m), St.Gottard (2.100 m)€ entre otros. Frente al RSQ3, curvas sinuosas firme irregular y desniveles de más de 1.000 metros, preveían que la jornada podía ser dura para el nuevo SUV rácing de Audi… Sin embargo, todo lo contrario; curva tras curva íbamos cogiendo confianza, yendo un poco mas rápido y apurando «un pelín más». Un hecho al que también ayudó, y mucho, la tracción Quattro.
El empuje del motor es excelente, algo perezoso por debajo de las 1.500 vueltas pero descomunal a partid de 1.750 y muy progresivo hasta llegar a las 7.000 rpm, donde entra el corte. Entre medias, el sonido de los escapes crepita entre las montañas alertando a los lugareños de que estamos en marcha. Esta mecánica se asocia a la caja de cambios automática de siete marchas S-Tronic que posee un funcionamiento excelente en condiciones normales pero que al sacarle todo el jugo al vehículo se muestra algo lenta. Sobre todo en el tránsito de la segunda a la tercera velocidad, en donde pasan algo más de dos segundos desde que tocamos la leva situada tras el volante hasta que engrana la siguiente marcha. Lo curioso es que esta circunstancia no sucede al bajar de marcha, únicamente al subir.
La dirección, de cremallera con asistencia electromagnética, es lo suficientemente directa para no tener que realizar correcciones cuando estamos girando en medio de una horquilla muy pronunciada. Además, la suspensión filtra perfectamente las irregularidades del terreno, por muy mal que esté, incluso con la configuración Dynamic seleccionada, la más dura y deportiva del sistema de de amortiguación variable.
Por lo demás, el diseño adquiere ese toque típico de las variantes RS, es decir, un exterior más musculoso, ruedas de gran tamaño 235/50 con llanta de hasta 20 pulgadas y un interior más rácing, con asientos tapizados en cuero y Alcantara, pedales de aluminio e indicadores que marcan la presión del turbo€ Este modelo tendrá un cierto toque español ya que al igual que el resto de la gama Q3, se fabrica en la planta de Martorell –el motor se trae desde Hungría- y tendrá un precio de venta de 62.400 euros.