Prueba del Audi SQ5 Sportback

Eduardo Alonso
Eduardo Alonso
Las marcas cada vez atinan más a inculcar un comportamiento mínimamente deportivo a sus SUV de altas prestaciones. El Audi SQ5 Sportback uno de los mejores ejemplos.

El Audi SQ5 Sportback es la versión con carrocería coupé del SQ5, modelo que a su vez es la variante deportiva del Q5. Este vehículo ha sufrido una curiosa transformación mecánica en su corta historia. Comenzó en 2012 siendo diésel, entre 2017 y 2018 fue de gasolina, y desde 2019 vuelve a ser diésel.

Audi SQ5 Sportback interior


A mi modo de ver, el retorno al gasóleo es positivo dada la idiosincrasia de este vehículo, puesto que a pesar de tratarse de una versión deportiva, no deja de ser un SUV. Además, el sonido del escape está muy logrado para ser diésel, aunque según te acercas al coche pronto te llevas las manos a la cabeza cuando te percatas de que las cuatro salidas de escape que ves son de pega. Sí, las cuatro. Asómate a ellas y sólo verás unas tapas de plástico negro.
Sobrepuesto del shock (sigo preguntándome qué necesidad hay de hacer eso), el resto del coche es francamente bonito, aunque se diferencia poco de un Q5 Sportback normal con acabado S-Line. Dentro sucede lo mismo, con detalles que, en su mayoría, puedes tener en un Q5 pagándolos aparte. Aunque bueno, ¿para qué cambiar cosas en un interior de impecable aspecto y tan acertada postura de conducción?
Aprovechando que estamos en Madrid, voy directo a mis tramos de confianza, ya cerca de Ávila. El motor está muy lleno de par desde muy bajo régimen y desarrolla un empuje contundente hasta pasadas las 4.000 rpm. Si no supiese que declara 341 CV, apostaría a que son algunos más, aunque sus 700 Nm de par son los principales culpables de esta impresión, acelerando de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos.

Audi SQ5 Sportback trasera

El Audi SQ5 Sportback en marcha


Tan progresiva y rebosante es la entrega de fuerza que, en cierto modo, que sea diésel hasta se agradece en los sectores más lentos, de cuyas curvas sale con mucha fuerza sin importar la marcha que lleves engranada. De todos modos, esas pequeñas levas que permanecen en aún muchos Audi te invitan a dejar que la caja de cambio trabaje sola, cosa que además hace bastante bien.

También hay una impecable capacidad de tracción, una suspensión convenientemente firme sin ser seca en el rebote y un eje trasero vivo y colaborador, al menos equipado con el diferencial deportivo opcional. Enseguida te encuentras enlazando curvas a toda velocidad con un coche que jamás pensarías que sobrepasa las dos toneladas, puesto que gira bastante plano, el guiado de su eje delantero es directo y no se producen titubeos indeseados bajo fuertes cargas laterales.

No es que sea yo muy de SUV deportivos, pero hay marcas que te convencen con hechos. Este SQ5 es muy satisfactorio para quien necesite la usabilidad de un SUV pero a la vez demande prestaciones y dinamismo. Francamente, me lo compraba.

Precios y datos técnicos del Audi SQ5 Sportback

Tecno

El motor del SQ5 es un 3.0 TDI con seis cilindros en V, al igual que en las iteraciones previas del SQ5 diésel. Sin embargo, el actual no utiliza dos turbocompresores en serie, sino un solo turbo apoyado por un compresor eléctrico que funciona mediante una red de 48V que, adicionalmente, le otorga la etiqueta ECO. Asimismo, en el actual SQ5 se ha reposicionado el intercooler, que además ahora es de aire-agua y no sólo de aire. Pasa de estar ubicado en el lugar tradicional (tras el paragolpes) a estar en entre la V que forman las dos culatas. De esta forma se acorta el recorrido de admisión, reduciendo así el retraso en la respuesta.

Motor del Audi SQ5 Sportback
3.0 TDI: 251 kW / 700Nm

Ficha técnica

Motor 6 cil. en V, 2.967 cc, turbo + compresor eléctrico 48V.

Transmisión Automática de ocho velocidades y convertidor de par

Tracción Total permanente

Potencia 341 CV a 3.800-4.000 rpm

Par 700 Nm a 1.750-3.250 rpm

0-100 km/h 5,1 segundos

Vel. máxima 250 km/h (limitada)

Peso 2.010 kg (5,89 kg/CV)

Precio 81.145 euros

 

Audi Q5