Seguridad en autocaravanas aparcadas: el sentido común es la mejor cerradura
La autocaravana es un vehículo valioso por diversas razones. Para empezar, es en sí mismo un objeto costoso, un vehículo de grandes dimensiones dotado de una notable cantidad de tecnología.
También a un nivel material, ya que en el interior de una autocaravana guardamos objetos valiosos y personales, desde un ordenador hasta nuestras posesiones más cercanas, aquellas a las que recurrimos en nuestro día a día. Medicinas, gafas o documentación pueden ser un bien tan preciado como nuestras joyas más valiosas. Precisamente porque es como nuestro segundo hogar, allí es donde depositamos nuestros recuerdos y experiencias solos o en familia.
Naturalmente, una manera de evitar disgustos con los amigos de lo ajeno es pernoctar en sitios seguros, allí donde no sepamos que se desarrollan actividades, digamos, peligrosas.
¡Sentido común! Es decir, un lugar bien iluminado y sin evidencia de actividades delictivas en los alrededores. Naturalmente, nadie es adivino, pero aparcar con inteligencia puede disminuir en mucho la cantidad de sustos y disgustos.
Es por ello que los campings cerrados, que tienen seguridad o una actividad regulada, son más seguros que el exterior. No obstante, y para evitar sustracciones indeseadas, se puede recurrir al sentido común y la prudencia de toda la vida: no exhibir nuestras posesiones ni dejarlas a la vista.
Parece una tontería, pero hablar más de lo debido de lo que tenemos dentro de la autocaravana puede ser peligroso, por si alguien indeseado estuviese escuchando o la información le llegase por alguna vía o canal inesperado. Todo esto, que podríamos tildar de experiencia y/o sentido común, por sí mismo puede prevenir que se arrimen los amigos de lo ajeno.
Hacer un inventario para saber lo que tenemos y notar si falta algo puede ser igualmente útil. Identificar el propio vehículo y los objetos más preciados que contiene podría igualmente ayudar a prevenir eventos indeseados, o al menos a ponerles cierto remedio. En todo caso, será un elemento disuasorio más para el ladrón de turno.
Otra posibilidad, naturalmente, es recurrir a un sistema de alarma que sirva para asustar a los ladrones, tanto durante la pernocta como si vamos a ausentarnos durante un tiempo determinado del vehículo recreativo, por si pese a todo sucede lo peor.
Los sensores de movimiento que avisen a los propietarios de actividades sospechosas también son una buena posibilidad, complementaria o simultánea a la propia alarma. Un sensor perimetral nos puede advertir si se acerca alguien más de lo debido cuando dormimos, y una alarma interior adecuadamente configurada hacer lo propio si deseamos otro plus de seguridad.
Si prestamos nuestro vehículo, hay que explicar bien su funcionamiento porque es frecuente que las alarmas salten por la noche para desesperación de los que están durmiendo en la zona.
Existen cajas de seguridad que pueden instalar en los lugares más rígidos del vehículo. Paredes, falsos suelos y garaje con buenos lugares para este tipo de equipamiento. Barras antirrobo y sistema de bloqueo también pueden ser muy efectivos.
Dormir acompañados de otros vehículos en zonas visibles y poco retiradas es otro consejo básico, aparte de lógico. Evitar lugares solitarios que los ladrones puedan conocer es siempre una medida de seguridad adecuada. Asegurarnos de que las puertas y ventanas están bien cerradas, como si estuviéramos en nuestro propio hogar, es igualmente vital para evitar disgustos.
Existen cerraduras específicas para ventanas que nos pueden evitar muchos sustos. No tener a la vista o a mano documentos personales que nos comprometan, y saber muy bien a quién llamar si ocurre algo (policía, ambulancia, protección civil, embajada si estamos en el extranjero) también es una solución inteligente.