La implicación del sector del motor tanto en la economía como en los temas clave de la sociedad es algo que tratamos de difundir en Autofácil a través de nuestras noticias y reportajes. Por eso, iniciativas como la que acaba de poner en marcha el Grupo BMW merecen nuestra atención, pues focaliza parte de su modelo emprendedor e industrial en uno de los problemas más acuciantes de la actualidad: el drama de los refugiados.
La respuesta de la marca alemana se llama “Work Here!”, en colaboración con la Agencia Federal de Empleo de Múnich y el “Jobcenter” de la misma ciudad. El proyecto comenzó el 16 de noviembre con 40 refugiados en la capital bávara y se ampliará a otras localizaciones con centros de BMW en 2016. El objetivo es que a finales del próximo año, el programa haya ayudado a medio millar de refugiados a alcanzar la integración social y profesional aprendiendo y haciendo prácticas en las líneas de montaje, arreglo de chapa y pintura, informática, montajes, etcétera.
“Work Here!” consta de dos fases basadas en la práctica: la fase de orientación, con una duración de tres semanas; y las posteriores, con seis semanas de formación práctica. Éstas se realizan gracias a la implicación de los propios empleados de BMW Group. Junto a estos pasos, la marca también está ampliando su programa de cualificación para la producción mecánica, que dura 6 meses, y ofrecerá 20 plazas adicionales a los refugiados menores de 25 años en enero de 2016 para que puedan obtener una calificación de entrada a una formación profesional en la empresa (EQ).
A los refugiados participantes en la iniciativa solidaria también se les proporciona el almuerzo y son formados de acuerdo a sus necesidades individuales. Al final de las nueve semanas, cada participante recibe un diploma que certifica la cualificación obtenida. «Muchos refugiados llegan sin sus diplomas y no son capaces de documentar sus habilidades profesionales en papel. Es fundamental que estas personas sean capaces de demostrar sus habilidades en condiciones lo más cercanas a la realidad posible», explica Dr. Markus Schmitz, CEO y director general de la Dirección Regional de la Agencia Federal de Empleo de Baviera (GE), una de las entidades colaboradoras.
Implicarse en la integración cultural
Llevar a cabo todo esto hubiese sido realmente difícil sin la implicación de los propios trabajadores de todas las plantas de BMW en Alemania. Así lo destaca el Presidente del Comité de Empresa general de BMW AG, Manfred Schoch: «Estoy orgulloso de que muchos de nuestros empleados se hayan comprometido a ser mentores y, por encima de su trabajo, ayuden a crear esperanza en aquellos que no tenían ninguna y que abandonaron sus hogares por esa misma razón».
Contra los controles fronterizos y las políticas discriminatorias, las marcas de coches, como BMW en este caso, están demostrando que se debe imponer la integración cultural y las oportunidades para formar esperanza, para crear responsabilidad social. Así lo resume Milagros Caiña-Andrée, miembro del Consejo de Administración de BMW AG, que apuesta por la integración de personas de diferentes culturas, «algo que hacemos todos los días, porque es una inquietud importante que debemos promover, tanto dentro como fuera de la empresa». Lo firmamos.