Recientemente hemos publicado la prueba completa del BMW 330e xDrive Touring, y la puedes leer aquí. En esta entrada, nos centramos en el apartado dinámico y, también, en los consumos.

Empecemos. El BMW 330e xDrive Touring obtiene una buena nota general, pero no es el Serie 3 Touring que más nos convence. Empecemos por la respuesta y prestaciones de su mecánica híbrida enchufable, formada por un motor 2.0 turbo de cuatro cilindros y un motor eléctrico de 109 CV que, en conjunto, rinden 292 CV. Hay un cambio automático de ocho relaciones, una batería de 12 kWh y un sistema de tracción total. Recordemos que se trata de un modelo de 4,71 metros de largo que pesa 1.955 kilos. Es mucho en términos absolutos; no es precisamente poco comparado con otros híbridos enchufables o PHEV de este tipo.
Poco que decir del funcionamiento del coche cuando va en modo eléctrico, pues es tan bueno como cabría esperar. Si hablamos del motor térmico, es suave, silencioso y tiene muy buena respuesta, independientemente del modo de conducción seleccionado. Además, como la caja de cambios es una de las mejores del mercado, es fácil aprovechar todo su potencial.
Con 292 CV, sus cifras de prestaciones son buenas. Tarda 5,9 segundos en pasar de 0 a 100 km/h y el BMW se mueve siempre con mucha agilidad. No tendremos la sensación de necesitar más par o potencia. Es considerablemente más rápido que el 320e, que emplea 7,9 segundos en pasar de 0 a 100 km/h (8,2 segundos si se trata de la versión xDrive de tracción total).


Ahora bien, también es cierto que entendemos que un híbrido enchufable tiene sentido para utilizarlo preferiblemente por trayectos urbanos o interurbanos, pero lo lógico es que no sea el tipo de trayecto donde podamos aprovechar la diferencia de prestaciones frente al 320e.
Para viajar por carretera, un híbrido enchufable no tiene mucho sentido, pues en esos casos manejarse con la parte eléctrica resulta menos eficiente y pasa a ser más interesante hacerlo con gasolina. Por tanto, como coche viajero, un BMW 330i o un BMW 320d nos van a resultar probablemente más interesantes porque, como hemos visto en el cuadro, son más baratos, pueden consumir cifras parecidas (en el caso del diésel, incluso menos) y dinámicamente van mejor, como veremos en breve.
Hablemos de dinero
Si hablamos de consumo, este BMW 330e xDrive Touring consume, cuando viajas en modo híbrido o cuando se agota la batería, un poco más de 6 L/100 km de media en un recorrido mixto ciudad-carretera. Sólo por ciudad es fácil moverse en 5L/100 km o menos, y en carretera podemos superar los 7L/100 km a poco que vayamos a ritmo ‘ligero’. Son buenos datos para un coche así, en cualquier caso.
La autonomía eléctrica real ronda los 45-50 kilómetros, como en el 320e, y los consigue siempre que vayamos por ciudad; en carretera, como decíamos, mejor pasar al modo híbrido u optemos por reservar la carga de la batería, pues a alta velocidad nos fundiremos enseguida su autonomía.
En cuanto a los tiempos de carga, en una toma de las más sencillas, de 3,7 kWh, tardarás unas cuatro horas en recargar el coche, y si es en tu casa, donde lo normal es que lo pagues a día de hoy (7 de diciembre de 2023) a 0,14 euros/kWh, la recarga te puede salir por unos tres euros para recorrer esos 50 km reales (es decir, unos seis euros/100 km). En un cargador de pago en una gasolinera, el coste ya no es mejor que el de circular con gasolina o diésel.


Por tanto, si nuestros recorridos van a ser principalmente por ciudad y lo podemos cargar en casa a un precio razonable (o gratis en el trabajo, por ejemplo), este BMW 330e xDrive Touring puede ser razonablemente interesante.
¿Y el comportamiento?
En este aspecto podemos decir lo mismo que con el BMW 320e, básicamente, aunque con matices. En el caso de estas dos versiones híbridas enchufables, ese extra de kilos situado en las inmediaciones del eje trasero no le favorecen, más bien al contrario. A ritmos tranquilos o por autopista, es tan bueno, tan preciso y tan cómodo como cualquier otro Serie 3. En ciudad, también. En carreteras de curvas a ritmo alegre, no. Ese exceso de kilos genera algunas inercias que restan precisión y agilidad.
Sin embargo, en el caso de este 330e xDrive, sí es cierto que se aprecia una mejora en la motricidad cuando se acelera con decisión a la salida de las curvas gracias a la tracción total, y eso le aporta un plus de control, precisión y facilidad de conducción frente al 320e de tracción trasera que probamos anteriormente. Eso sí, en la actualidad el 320e Touring sólo se comercializa con tracción total, mientras que el berlina sí se vende con tracción trasera.
Aún así, este 330e no va tan fino en este tipo de circunstancias como un 320d, por ejemplo, ya sea de tracción trasera o total. En cualquier caso, y como decíamos en la prueba del 320e, no creemos que nadie se vaya comprar este 330e para ir deprisa por carreteras por curvas, porque no es el Serie 3 más indicado para eso. Así que lo cierto es que, realizando una conducción normal, será raro que alguien repare en esas diferencias que aquí hemos expuesto.
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