
El concesionario llama la atención a cualquiera que pase por delante: En sus dos escaparates, con una extensión de 35 metros cuadrados, siempre se dejarán ver los últimos prototipos de BMW, o bien modelos históricos de la compañía, procedentes de su museo de Múnich. El diseño ha corrido a cargo del estudio de arquitectura Carbondale, que ya realizó la tienda de Luis Vuitton en los Campos Elíseos.
Todo es a lo grande en estas instalaciones: La puerta tiene cinco metros de alto, las pantallas de vídeo, dos metros… acompañadas de otras imágenes generadas mediante luces LED. Pero lo más curioso es la escultura «Kidney», que aglutina en una obra de arte los siete diseños de parrilla que BMW ha usado a lo largo de su historia.
Pero las innovaciones no se quedan en la estética. La compañía ha ideado el sistema Future Retail, con el que los vendedor y cliente disponen de tabletas en las que recorrer toda la gama y ver una recreación del coche que se está encargando a tamaño real. Esto ahorra tener que tener todos los vehículos expuestos en el concesionario.
BMW va en serio con el modelo de concesionario puesto en marcha en París: Pretende inaugurar uno similar en Londres, con motivo de los Juegos Olímpicos, al que le seguirán los de Manhattan y Shanghai.