El BMW M2 es un coupé de dos puertas, cuatro plazas y 4,46 metros de largo que apareció en el año 2016. Con un potente motor 3.0 turbo, de seis cilindros en línea, con 370 CV y tracción trasera, no tardó en convertirse en todo un objeto de deseo para los amantes de los buenos deportivos para usar a diarios, por llamarlos de alguna manera.
Tuvo tan buena aceptación que, en 2018, BMW optó por sustituirlo por el M2 Competititon, versión aún más deportiva que sigue a la venta desde 75.450 euros y que cuenta con 411 CV.
BMW M2 CS, con abundante fibra de carbono
Ahora BMW ha desarrollado el CS, que se diferencia del M2 Competition en varias cosas. Por fuera, es fácil distinguirlo gracias a sus detalles en fibra de carbono, que encontramos en los paragolpes, en los retrovisores, en el pequeño alerón trasero e, incluso, en el capó y en el techo. Pese a ello, el M2 CS se mantiene en los mismos 1.625 kilos que pesa el M2 Competiton.
Además, hay detalles en negro brillante en zonas como la calandra central, mientras que las llantas de 19 pulgadas, que pueden ser doradas por 639 euros, también son específicas del CS. Por cierto, y ya que hablamos de las llantas, el M2 CS viene de serie con unos Michelin Pilot Sport Cup 2 de tipo semislick, si bien es posible pedirlo sin coste con unos Michelin Pilot Super Sport, también deportivos pero más adecuados para utilizarlos en mojado.
En el interior, las diferencias son más discretas, quedando reservadas a algunas inserciones en fibra de carbono además de los deportivos asientos de tipo baquet, que en este caso están tapizados en Alcántara y cuero.
¡Más madera!
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En el aspecto mecánico encontramos algunas diferencias significativas. Así, el motor sigue siendo el mismo 3.0 biturbo de seis cilindros en línea, pero pasa de 411 a 450 CV, si bien el par máximo se mantiene en los 550 Nm. Con ello, el M2 CS acelera de 0 a 100 km/h en 0,2 segundos menos, lo que le permite dejar la marca en 4 segundos clavados en el caso del CS automático y en 4,2 segundos en el M2 CS manual.
En el chasis encontramos otra interesante novedad, como es la incorporación de serie de una suspensión adaptativa con tres niveles de dureza que tanto echamos de menos en el M2 Competition. Además, y por 10.093 euros, el CS puede llevar frenos carbocerámicos, opción no disponible en el M2 Competition.
En cuanto a las tarifas, el precio del BMW M2 CS es de 103.900 euros con cambio manual de seis velocidades y de 108.883 euros con caja automática de siete marchas, un precio elevado pero justificado en gran parte por su exclusividad: sólo se van a vender en España 100 unidades de las 2.200 que BMW tiene pensado fabricar para todo el mundo.
¿Cómo va este BMW?
El BMW M2 CS es uno de los deportivos de su nivel de precio más exigentes con el conductor, algo que también le convierte en uno de los más gratificantes y excitantes. Gran parte de la culpa la tiene la abrumadora respuesta de su fantástico motor, que exige saber cuándo, cuándo y cómo debemos acelerar para extraer lo mejor de su potencial sin que los controles electrónicos entren en funcionamiento o, si los hemos desconectado o dejado en su modo deportivo, sin llevarnos ningún susto.
El motivo está en el eje trasero, que es el único responsable de transmitir todo el potencial del motor a la carretera, y nunca debemos olvidar que nuestro pie derecho va a ser el encargado de gestionar los 450 CV y 550 Nm de par que entrega de forma feroz ese estupendo seis cilindros. Además, el M2 CS también cuenta con un eje trasero concebido para ser, más que ágil, juguetón, y combinar esa viveza de reacciones con semejante potencial exige respeto, conocimiento y experiencia a partes iguales para disfrutar sin mayores problemas.
Conforme nos vamos haciendo a sus reacciones, vamos descubriendo que el M2 CS es un deportivo excelente: corre, tiene una dirección muy precisa, un eje delantero con una elevadísima capacidad de agarre y un eje trasero que parece estar conectado directamente con tu cerebro a través del pedal del acelerador. También suena muy bien, y suena bastante, y los frenos, durante nuestra prueba, no mostraron muestra alguna de fatiga; con discos de 400 mm y pinzas de seis pistones delante y discos 380 mm con pinzas de cuatro pistones detrás, el M2 CS ya va bien servido.
En cuanto al cambio, nuestra unidad estaba equipada con el cambio manual de seis marchas; con un tacto más bien duro pero preciso y adictivo, nos parece la mejor combinación para disfrutar de la conducción en su estado más puro, por mucho que el cambio automático sea siempre más rápido y nos ponga las cosas más fáciles.
Además, la suspensión adaptativa cumple muy bien con su trabajo. En la posición normal va lo suficientemente firme como para ser la más indicada para carreteras un tanto onduladas, o también para viajar con una aceptable dosis de comodidad. La intermedia, denominada Sport, puede ser más interesante en carreteras en buen estado y curvas rápidas de amplio radio, mientras que la más firme, Sport Plus, queda como la más indicada para circular por el perfecto asfalto de un circuito.
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