BMW 435i Coupé M Performance: prueba a fondo

Álvaro Sauras
Álvaro Sauras
Si te quedaste corto de equipamiento al comprar tu BMW, podrías encontrar la solución en el catálogo de accesorios M Performance. Y para hacernos una idea, este 435i luce casi todos los que puede llevar...


Si la idea es mostrar una gama de accesorios, no cabe duda de que montarlos sobre un 435i es un excelente punto de partida. Dicho esto, el motivo por el que hemos decidido dedicarle este espacio a la gama de accesorios M Performance es que, dentro del hecho de ser tan intrínsecamente onerosos como la marca en sí, consiguen hacer del Serie 4 en general, y del 435i en particular*, un coche mejor. Y pueden ser una buena forma de ´matizar´ pequeños errores cometidos a la hora de configurar el vehículo.

Porque el alcance de una gama de accesorios es limitado. Por ejemplo, hace poco –C&T Nº109–, concluimos que, en el caso concreto del BMW 435i, era fundamental equipar el coche con la suspensión adaptativa M. Y si el automóvil de la fotografía no contara con ella, ningún accesorio conseguiría resolver el fiasco. Igual que si careciera de la dirección asistida paramétrica, que cuenta con una cremallera cuyo dentado se ´acelera´ progresivamente para hacer, del tomar cualquier curva que requiera girar el volante más de un cuarto de vuelta, todo un placer –y que sólo cuesta 235 euros–.

De hecho, la característica implícita en el término ´accesorio´ es que se trata de componentes que son montados ´aftermarket´; es decir, tras la entrega del vehículo a su propietario. Eso significa que, como en cualquier operación de taller convencional, montar cualquiera de los accesorios M Performance apareja el correspondiente coste por mano de obra… y que nos entregarán, además del coche, las piezas originales sustituidas. En el caso concreto que nos ocupa, el BMW 435i M Performance blanco de esta prueba ´carga´ con 13.490 euros de accesorios… y, en alguna parte de la sede de BMW, estarán los elementos que se le han cambiado: cuatro llantas de aleación, un juego completo de frenos de disco, un silencioso trasero, dos tapas de retrovisor, un juego de molduras interiores, un volante… Lógicamente, esta forma de proceder garantiza que cualquier mejora que se lleve a cabo mediante accesorios cueste más de lo que costaría si se incluyera en la configuración inicial del vehículo.

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TÉCNICA: LLEGÓ LA HORA DEL PLAN B

´Puentear´ a la marca y construir un coche igual de bueno o mejor que la versión inmediatamente superior de un modelo –se entiende que con un coste inferior a la diferencia en precio entre ambos– es una tentación comprensible. Tanto, que hay quien vive de ello. Y en el caso de BMW, se llama Alpina. 

El Alpina B4 no es un M4 –aunque a la vista del actual M4, no está del todo claro que eso sea un gran defecto–, sino sólo un Serie 4 correctamente configurado –con suspensión M adaptativa, dirección paramétrica, asientos deportivos, los mismos frenos Brembo que figuran en el catálogo M Performance…–. Además, está dotado de un motor 3.0 biturbo de 410 CV –431 CV, el M4–, llantas de 20´´ y un escape firmado por un tal Akrapovic. El autoblocante es opcional –aunque Alpina pide por él 2.590 euros en lugar de 4.000 euros–. Cuesta 80.000 euros; el M4 desde 88.700 euros.

Por fuera, los efectos de los accesorios M Performance son muy evidentes. Los aditamentos ´aerodinámicos´ le sientan muy bien, aunque ese splitter delantero de fibra de carbono parece estar colocado a propósito para acabar dándose de bruces contra todos los bordillos y, conduciendo con cuidado, debo de haberlo escuchado rozar contra el suelo en unas diez ocasiones.

En cuanto a los adhesivos, representan una forma espléndida de renunciar al tan necesario ´factor sorpresa´ –y supongo que garantizan una atención preferente en cualquier control de policía que puedas encontrarte–. Sin embargo, debo reconocer que con el tiempo empiezas a cogerles cariño.

Por dentro, el detalle que monopoliza tu atención es el volante tapizado en Alcántara. Provoca los mismos efectos positivos que en cualquier otro coche: basta el mero contacto de tus manos con la Alcántara para que tu opinión subjetiva del coche mejore y, de todos los accesorios estéticos, diría que es el único imprescindible –sobre todo porque, aunque BMW ofrece tres tipos de volante para el Serie 4, todos están tapizados en cuero–. Existe, además, otro modelo que incorpora una pantalla led que muestra un amplio abanico de información innecesaria –tiempos por vuelta, temperatura del agua y aceite…–. Y os prevengo: es el típico ejemplo de compra impulsiva. Aparte del volante, las molduras en carbono y Alcántara son una bonita forma de poner un toque cálido en un interior que, de serie, viene rematado en un plástico símil aluminio muy poco inspirador.

Basta ya de cosmética

Nos está quedando un coche muy bonito. Pero imagino que muchos estaréis preocupados por el hecho de que, tras gastar casi 5.000 euros, el comportamiento dinámico de nuestro 435i no se haya visto alterado. Ni se verá. Porque, como podéis comprender, y a pesar de lo que sugiere el nombre M Performance, BMW no comercializaría nunca una gama de accesorios capaces de desvirtuar el posicionamiento de sus modelos –haciendo que, por ejemplo, un 435i se pareciese a un M4–. Sin embargo, algunos accesorios sí afectan a la dinámica. Y todos ellos son bastante interesantes.

f8a0418Podríamos empezar por los frenos. Están firmados por Brembo y cuentan con pinzas fijas de cuatro pistones delante y de dos detrás. En materia de frenos, representan un término medio. No son tan buenos como pueda serlo cualquier kit de AP o Brembo con pinzas delanteras de seis pistones, pero cuestan la mitad y ofrecen mejor tacto y resistencia que los frenos deportivos M que BMW ofrece por 862 euros. Ojalá fueran de serie.

La segunda mejora dinámica consiste en una reprogramación que, por la módica cantidad de 1.654e, eleva las cifras de potencia y par máximo en 30 CV y 50 Nm, respectivamente. Y, aunque puede que padezca cierto efecto placebo, juraría que le proporciona al motor 3.0 el punch que uno espera encontrar en el propulsor de un BMW que luce una denominación acabada en 35i, y logra que este 435i resulte impresionante en cualquiera de las cinco primeras de sus ocho marchas.

Por supuesto, no me he olvidado de esas preciosas llantas; cuestan 2.602 euros, y los neumáticos tendrás que comprarlos aparte. Sin embargo, las he dejado para el final porque están relativamente relacionadas con la dinámica del coche. Son de 18´´ –el diámetro apropiado– y están pintadas en negro mate, un color que resulta muy práctico para quien use mucho los frenos –y que no ofrece ninguna de las llantas que puede montar opcionalmente el 435i–. En principio, estas llantas no deberían suponer una gran diferencia en términos dinámicos. Pero lo que nos hemos encontrado montado alrededor de cada llanta no ha sido un Bridgestone Potenza S001 Run Flat u otro neumático deportivo equivalente, sino un Goodyear EfficientGrip, «el neumático que ahorra combustible y alarga el rendimiento». Según BMW, esto ha ocurrido debido a una carencia puntual de neumáticos deportivos en la medida adecuada. Pero huelga decir que un neumático ecológico no es la mejor alternativa para un BMW con un motor turbo de casi 340 CV. Sobre todo si no monta el diferencial autoblocante M Performance –era, en principio, la gran novedad de la gama de accesorios de la marca y BMW nos explicó que esta unidad de pruebas no lo lleva debido a un problema logístico–.

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La relativa baja adherencia de los EfficientGrip, combinada con el generoso par del 435i, da como resultado la aparición de estelas ´unilaterales´ de humo blanco –procedentes de la única rueda trasera que está patinando–. Y aunque volver a conectar el ESP suprime el humo, la capacidad de aceleración sigue siendo algo mejorable. Otras variables, como la velocidad de paso por curva, no se ven tan afectadas, pero a la excelente dirección le falta algo de incisividad y, en cuanto alcanzas una aceleración lateral respetable, escuchas un siseo procedente de los neumáticos delanteros invitándote a tomar las cosas con más calma. Una verdadera lástima.

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Por lo demás, es un típico BMW. Eso implica que se encuentra entre los mejores coches del mundo en aspectos como solidez de construcción, acabados o ergonomía… y que, opcionalmente, se le puede equipar con casi todo con lo que se puede soñar en la actualidad –el Head Up Display o los asientos deportivos con contorno variable son dos opciones muy recomendables; cuestan 1.209 euros y 653 euros, respectivamente–. Aunque, por supuesto, nunca será posible ´hacerse un M4´ a base de opciones y accesorios. Eso, es algo que el departamento de márketing jamás consentiría.

VANITY FAIR…

Los adhesivos  son una ganga –111 euros– y una bonita forma de decorar un Serie 4 blanco Alpinweiss –éste y el negro son los dos únicos tonos que no suponen sobrecoste; el resto desde 700 euros–. 

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El kit aerodinámico cuesta 2.442 euros y se compone de faldones, difusor trasero, spoiler y este splitter, que va montado tan bajo que prácticamente no salva ningún bordillo. 

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Pagar 646 euros por estas carcasas de retrovisor en carbono se antoja un poco excesivo. 

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El volante tapizado en Alcántara  –cuesta 867 euros–, ofrece un tacto excelente. Existe un volante con una pantallita en la parte superior… que supone unos absurdos 1.000 euros extra.

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Estos detalles en carbono –por 1.295 euros– están muy bien rematados y son una buena alternativa a las molduras BMW Individual opcionales.  
 

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reproVAMOS AL GRANO

Los frenos Brembo son un buen ´campamento base´ de cara a lograr una frenada excelente. El precio es razonable –2.320e–, pero en el 435i deberían ser de serie. 

El motor N55 es un pastel, y la reprogramación que le hace ganar 30 CV y 50 Nm es la guinda. Por 1.654e… merece la pena. 

El silencioso trasero tiene efectos discretos. A bordo, parece que la fuente principal de ruido se encuentra a nuestra espalda. No es muy caro: 1.015 euros.

Según BMW, este 435i no cuenta con el autoblocante debido a un retraso en la llegada del componente. Cuesta 4.000 euros… una cifra muy considerable que se justifica –en parte– porque hay que sustituir todo el conjunto –carcasa del diferencial incluida–y por la tranquilidad que proporciona montar un accesorio original. Sin ser BMW, es posible conseguir lo mismo por unos 2.500 euros. 

BMW 435i Coupé M Performance

Precio: 59.303 euros
Accesorios: 13.490 euros

Motor: 3.0 turbo 6 cilindros en línea, 336 CV; 450 Nm
Cambio: Aut. de 8 marchas
Tracción: A las ruedas traseras

Prestaciones: 0 a 100 km/h en 5,1 seg.; 

vel. máx.: 250 km/h (limitada)

Consumo: 7,2 litros/100 km

Maletero: 445 litros
Peso (UE): 1.600 kg

Relación peso/potencia: 4,76 kg/CV

LO MEJOR Y LO PEOR

+ Prestaciones, comportamiento, acabados, consumo.

– Precio, carencia de autoblocante.

 

BMW Serie 4