El Grupo Bosch continúa innovando y ahora se ha lanzado a la aventura de conducir de forma autónoma por Japón, lo que requiere programación de nuevos parámetros teniendo en cuenta que la conducción en el país asiático se realiza por el carril izquierdo y con el volante a la derecha, al igual que en el Reino Unido. Lejos de amedrentarse, Dirk Hoheisel, miembro del Consejo de Administración de la empresa, ha declarado que «Japón les aportará información muy valiosa para el desarrollo, no solo por la conducción por la izquierda, sino por las complejas condiciones del tráfico».
No obstante, los exámenes que la compañía alemana está realizando en tierras asiáticas tiene lugar en autopistas alrededor de las ciudades de Tohoku y Tomei, además de en centros de pruebas que Bosch posee en Memanbetsu y Shiobara. De esta manera, el objetivo de Bosch es poder lanzar este sistema en el año 2020 en todo el mundo, indistintamente de la región en la que el vehículo vaya a conducir. De hecho, ya lleva con test en Alemania y Estados Unidos desde principios de 2013, lo cual le otorga cierta ventaja y conocimiento de la metodología.
Lo cierto es que Bosch cuenta con una plantilla de más de 2.500 ingenieros repartidos por todo el globo, y que han completado unos 10.000 km de pruebas en este sentido sin un solo percance. En colaboración con TomTom, los vehículos de Bosch no solo son capaces de conducir en situaciones de tráfico real -acelerando, frenando, adelantando?-, sino que detectan igualmente cuándo es necesario activar un intermitente, pudiendo decidir las acciones a realizar por sí mismos.
Todo ello es gracias a los sensores instalados en los automóviles y a los mapas, los cuales recopilan datos que van directos a un procesador que se encarga de la toma de decisiones, a la vez que analiza el comportamiento de los demás vehículos. De esta manera, al ser uno de los mayores proveedores de componentes para el sector automovilístico, Bosch se beneficia de su propia tecnología.