A estas alturas, resulta extraño que los fabricantes no se hayan animado a ofrecer las populares dashcam, o cámaras de salpicadero, como parte del equipamiento de sus coches. Muchas compañías de accesorios venden este tipo de dispositivos a un precio muy competente, prueba de ello es su enorme popularidad en algunos países, como Rusia o China, pero dentro de nuestras fronteras no existe ninguna legislación que regule su uso.
Este tipo de cámaras puede resultar de gran ayuda en caso de accidente, y es que, aunque las grabaciones no sirven como prueba ante un tribunal, sí pueden ayudar a esclarecer las causas del siniestro en caso de duda. Con un marco legal adecuado, seguro que las marcas de automóviles se animan a montar esta tecnología en sus vehículos, aunque ya hay compañías que apuestan por ello.
Citroën se adelantó
Es el caso de Citroën con el C3 y la connectedCAM. La última generación del utilitario francés puede incorporar de forma opcional una cámara a bordo que se ubica discretamente en el retrovisor interior. Este sistema permite tomar fotografías a través de un botón y guardarlas en la memoria de nuestro dispositivo móvil, pero también graba en vídeo los segundos previos y posteriores a un accidente.
Siguiendo los pasos de Citroën, Cadillac ha anunciado que montará una dashcam en el CT6 2018. El dispositivo podrá grabar el tráfico a través de la cámara delantera o de la cámara trasera del vehículo, si bien no permitirá tomar imágenes de forma conjunta. Será el primer modelo comercializado en Estados Unidos que incorpore este sistema de serie y formará parte del equipamiento de los CT6 Premium Luxury y Platinum, por lo que no habrá posibilidad de montarlo de manera opcional.
Sin duda, la idea de Cadillac es buena, pero su dashcam tiene lagunas y es incapaz de igualar las prestaciones de los dispositivos disponibles en el mercado de accesorios. Entre sus carencias figura la activación manual, ya que será el conductor el que la ponga en funcionamiento y grabará de forma automática cuando se arranque el vehículo. Otro de sus inconvenientes es que no guardará datos sobre la ubicación o la velocidad del coche.
Tampoco será posible descargar las grabaciones de forma automática, solo se podrán volcar los archivos en otro dispositivo a través de la tarjeta SD del vehículo. El sistema grabará cinco vídeos de cinco minutos y los irá sobrescribiendo sobre los más antiguos. En caso de accidente, protegerá las imágenes de antes y después del suceso.
Útil en caso de robo
Una de los puntos fuertes de la dashcam del Cadillac CT6 es que se pondrá en marcha cuando la alarma del coche entre en funcionamiento. En este caso entrarán en funcionamiento todas las cámaras del vehículo de forma simultánea, a excepción de las situadas en los espejos retrovisores exteriores.
Es de esperar que, a corto plazo, las administraciones de cada país regulen el uso de este tipo de dispositivos y hasta podrían convertirse en una especie de caja negra para los automóviles. En algunos territorios ya son obligatorias, si bien en España, la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) y la falta de un marco legislativo específico, no contribuyen a extender su uso.