Los conductores se ven afectados de forma directa por las modificaciones incluidas en la reforma que sufrió el Código Penal recientemente y que entró en vigor el pasado 1 de julio. ¿Sabes cuáles son y en qué te influyen?
El cambio principal
Indudablemente, el cambio principal es la desaparición de las faltas; actualmente el Código Penal solo contempla delitos: graves, menos graves y leves. Esto implica que los comportamientos que antes se consideraban falta ahora sean un ilícito civil –fuera del ámbito penal- si no hay lesiones, mientras que si las hay, pasan a ser delito por imprudencia grave o menos grave. Todo depende de la interpretación de un juez.
Otra novedad es la posibilidad de suprimir determinadas penas de cárcel no solamente gracias a cursos o trabajos en beneficios de la comunidad, sino a que el vehículo disponga de sistemas que detecten la adecuación del usuario para conducir, como detectores de alcoholemia, por ejemplo, o de otros comportamientos que le lleven a causar peligro o inseguridad.
¿Cómo afectan las modificaciones a los conductores?
Debido a la reforma, el conductor que deba ser indemnizado por daños en un accidente se verá obligado a desembolsar una mayor cantidad de dinero, ya que pasa a ser obligatoria la intervención de un letrado, un procurador y un perito especialista en valoración del daño corporal cuando la indemnización exceda de 2.000 euros.
Pero los lesionados leves lo tienen peor. Ejemplificamos: para una reclamación de indemnización de 2.000 euros debido a una cervicalgia originada por un accidente por alcance –una de las lesiones más comunes-, el coste de la reclamación puede llegar a los 2.500 euros.
¿Qué supone esto? Que en la mayoría de los casos, la víctima opte por no reclamar para no tener que, además, gastar dinero.