Carlos Sainz afronta el Dakar 2015 «con muchas ganas e ilusión», pero consciente de que está inmerso en un nuevo proyecto. Evidente que no ha podido disponer del tiempo que hubiera deseado para abordar el raid con mayores garantías, aunque Peugeot ha puesto toda la carne en el asador para que tanto Carlos, como sus compañeros Stéphane Peterhansel y Cyril Despres, la apuesta de Peugeot en su regreso al Dakar tras 25 años de ausencia, hayan podido disponer de un coche competitivo en un tiempo récord.
Sainz ha reconocido que uno de los motivos para enrolarse, otra vez, en un reto de este calibre ha sido gracias al excepcional respaldo recibido por Peugeot. «Estar respaldado por una marca oficial es toda una garantía. Lucas y yo vamos a intentar recompensar todo ese esfuerzo», comentó el piloto en la Ciudad de la Raqueta de Madrid, en un evento en el que estuvo acompañado por Rafael Prieto, nuevo director general de PSA Peugeot Citroën en la Península Ibérica.
Con ilusión e incertidumbre
Sainz se enfrenta a esta nueva edición del Dakar a bordo un Peugeot 2008 DKR, que arroja ciertas dudas acerca su rendimiento en competición. «Hemos hecho muchos test y muchos kilómetros pero tengo que reconocer que es difícil saber dónde estamos, no sé cómo va a rendir el coche porque no hemos podido disputar ninguna carrera con él con otros coches, aunque mis sensaciones son muy buenas», asegura el piloto madrileño.
«El Dakar va por etapas, en algunas de ellas tendremos cero posibilidades y, en otras, tendremos muchas probabilidades de ganar, así que hay que aprovecharlas», dice el campeón del Dakar de 2010.
MINI y Al-Attiyah, rivales a batir
Preguntado sobre sus compañeros de equipo, Stéphane Peterhansel y Cyril Despres, Sainz reconoce que son dos grandísimo pilotos y que les prefiere en su equipo, «ya que así compartimos coche y estamos los tres en igualdad de condiciones para ganar«. Sobre el competidor directo, el piloto español menciona al equipo MINI como el rival a batir por «experiencia y porque es el vigente campeón».