En Cars for Smiles los supercoches ofrecen a los pequeños que sufren alguna enfermedad de larga duración o sometidos a tratamientos especialmente complejos un día de emociones positivas, de ilusión y de alegrías disfrutando de la experiencia de ser copilotos en un circuito.
Hacer por un día un poco más felices a esos pequeños a los que la vida pone a prueba vía enfermedades de largo recorrido, disfrutando como copilotos oficiales de las emociones que puede proporcionar un deportivo de altas prestaciones cuando aceleras, cuando frenas, cuando tomas una curva en circuito, cuando conduces a cielo abierto… Esto es una parte de Cars for Smiles.
Otra, y no menos importante, es intentar ayudar más allá de la parte emocional, recaudando donativos de sponsors y pilotos participantes con sus supercoches, para poder financiar proyectos en hospitales/asociaciones/fundaciones que hagan más agradable la vida de los pequeños cuando toca estar allí. Esto es otra parte de Cars for Smiles y reconozco que me emociono tanto o más que cuando veo la sonrisa de un niño o de sus familiares, cuando veo la pasión que ponen los equipos sanitarios por crear y defender proyectos originales para poner en marcha, con la ayuda de Cars for Smiles, y que año a año vamos viendo cómo pasan de ilusiones a realidades.
Cars for Smiles, un gran evento solidario
Pero la grandeza de Cars for Smiles es que, una vez más, el automóvil y los que lo hacen grande, los automovilistas, demuestran tener un corazón tan grande como su solidaridad, en este caso encauzada bajo un equipo organizador y de voluntarios que regalan todo su tiempo, medios e ilusión para que año a año Cars for Smiles sea una realidad que comenzó en 2015, como un sueño de un apasionado, Martijn Elvers, y que ya ha celebrado siete entregas en Barcelona, cinco en Madrid y una en Salamanca.
Para nosotros, ahora desde Autofácil, ha sido nuestra cuarta participación en Cars for Smiles -he repetido Mustang, gracias a Ford, esta vez Convertible y uno de los coches más llamativos y demandados por nuestros jóvenes copilotos por su espectacularidad-. En esta ocasión hemos tenido a Óscar como copiloto disfrutando tanto de la conducción con el cielo por techo como con las aceleraciones y tandas de vueltas en el circuito de El Jarama. Todo lo mejor en la vida, Óscar, y acuérdate de tus amigos de Cars for Smiles cuando llegues a ser ese superpolicía que quieres ser de mayor, aunque también me hablaste de ser bombero, o periodista deportivo porque te encanta viajar…
En esta ocasión, un total de 46 supercoches han cumplido la misión de generar sonrisas e ilusión no solo en sus 46 jóvenes copilotos, sino también en sus familiares y personal sanitario que se encarga de sus cuidados y que también participa de esta jornada donde el dinero donado por propietarios de supercoches y patrocinadores del evento se han destinado a cuatro proyectos de cuatro hospitales de Madrid para mejorar la calidad de vida de sus pequeños pacientes.
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