Ir a recoger tu nuevo coche a las puertas de la mismísima fábrica en la que se ha elaborado a mano, y que te las dé el director de la propia marca, es algo reservado a leyendas vivas como el piloto Casey Stoner. Y el coche, en este este caso, es todo un Lamborghini LP 610-4 Huracán.
El australiano, ganador de dos Campeonatos del Mundo de MotoGP no solo es un maestro de las dos ruedas: también sabe lo que es buen sobre cuatro. Por ello, el expiloto se motociclismo se quiso «empapar» de la historia de Lamborghini y visitó el museo de la marca. Después se dio un paseo por la planta de producción donde se ensamblan estas maravillas repletas de tecnología mecánica y pasión italiana.
Los ojos de Stoner disfrutaron de cerca de los Aventador LP 700-4 Coupé y Roadster, y del nuevo Aventador LP 750-4 Superveloce, que apenas tiene dos meses de vida tras su presentación en sociedad. Pero el modelo que recogió Stoner fue un flamante Huracán con motor V10 de 5,2 litros, 610 CV y un par máximo de 560 Nm. Esta bestia acelera de 0 a 100 en 3,2 segundos y alcanza una velocidad máxima de 325 km/h.
«Para mí ha sido un día increíble, lo he querido hacer desde que era un niño: tener la oportunidad de conducir uno de estos coches y ver cómo se hacen», comenta el nuevo propietario del Huracán, tras recoger las llaves de manos de Stephan Winkelmann, Presidente y CEO de Automobili Lamborghini, y Maurizio Reggiani, miembro del Consejo de I+D de la marca.
Stoner se ha sentido como un niño en las instalaciones de Sant’Agata Bolognese, pero los Lamborghini requieren manos expertas como las de un hombre curtido en el asfalto como el bicampeón.