Antes de hablar de los prototipos, analizamos un modelo de Mercedes que puede ser un buen ejemplo de lo que va a llegar en los próximos años. El ABS, el airbag o el ESP son buenos ejemplos de tecnologías que vieron la luz a bordo de un Mercedes Clase S y que, ahora, no sólo se han popularizado y abaratado terriblemente, sino que han llegado al punto de convertirse en obligatorias.
El Mercedes EQS es el pariente cercano y 100 % eléctrico del Clase S, y cuesta más de 100.000 euros, pero creemos que puede ser muy buen predictor de lo que vamos a encontrar en los coches ‘normales’ dentro de unos diez años.

El Mercedes EQS por fuera
El Mercedes EQS ejemplifica muy bien cómo tendrán que ser los coches del futuro si quieren obtener buenas autonomías a partir de la relativamente poca energía que cabe en una batería: aerodinámicos. Tanto en cuanto a la forma (es decir, con un buen coeficiente aerodinámico) como en cuanto al volumen de la carrocería (con poca altura, para ofrecer una superficie frontal pequeña).

El Mercedes EQS por dentro
El Mercedes EQS es un magnífico ejemplo de digitalización. No ha sido el primer modelo en ofrecer tres pantallas en el salpicadero y una específica para el conductor (técnicamente, ese honor le corresponde al Porsche Taycan), pero sí que es el primero en conferirles tantas funciones e integrarlas tan bien. Y el interior de los coches del futuro tendrá este aspecto. De hecho, casi no hay ningún prototipo actual que resista la tentación de montar una sucesión de pantallas, o incluso un solo panel que recorre todo el salpicadero.
En cuanto a los datos, Mercedes ofrece una plataforma llamada ‘Mercedes me’ en la que puedes almacenar tu perfil de usuario, que puedes exportar después a cualquier otro coche de la marca. Mercedes también ha sido pionera a la hora de vender equipamientos a través del móvil (sistemas latentes que puedes activar previo pago) y equipamientos por suscripción (sistemas que puedes disfrutar mientras pagues una cuota, como la dirección automática, la vigilancia mediante cámaras o el aparcamiento automático desde el exterior del coche).

El Mercedes EQS bajo la chapa
El EQS puede ofrecer toda la tecnología que se va a generalizar en los coches a lo largo de la próxima década. Por supuesto, se trata de un modelo 100 % eléctrico, y está basado en una plataforma específica, de manera que cuenta con tracción total, una enorme distancia entre ejes, voladizos cortos y una excelente habitabilidad. Puede contar con el ‘paquete clásico de sensores’, y los usa para ofrecer todas las funciones seguridad y confort que hemos comentado, incluida la supervisión del conductor. Está preparado para ofrecer conducción autónoma de Nivel 3 (puede incorporar un LIDAR frontal)… y también para ejecutar algunas maniobras de Nivel 4, como la memorización de maniobras.
Otras ventanas al futuro con estos tres prototipos
Como realizar predicciones de cara al futuro es muy complicado, hemos recopilado estos tres prototipos (firmados por los dos principales fabricantes mundiales) que ilustran cuáles creemos que van a ser las etapas elementales de la evolución de los coches durante los próximos nueve años.

Volkswagen ID.LIFE
Este prototipo de Volkswagen anticipa cómo podría ser la clase de coche eléctrico que las marcas deberían lograr desarrollar y comercializar hacia 2025, de cara a evitar las multas por emisiones de CO2 y permitir el despegue del coche eléctrico; y su principal rasgo es que está pensado para ser barato y competir en el segmento B (el de los urbanos) que, al fin y al cabo, es el que acapara la mayor parte de las ventas. Para ser asequibles (aun soportando el coste de la batería), estos modelos van a tener que ser minimalistas en todo: desde las prestaciones al interior y pasando por el equipamiento.

Lexus LF-30
La filial de lujo de Toyota insiste en que este es el aspecto que deberían de tener los coches en 2030. Y otros fabricantes, como Audi con el prototipo Skysphere, secundan su opinión. Ambos tienen en común el aprovechar la libertad para reubicar componentes que brinda el coche eléctrico para hacer cosas que, con un motor de combustión y varios radiadores alojados en el vano delantero, serían imposibles. Cosas como, por ejemplo, diseñar un morro con pasos de rueda al estilo de la Fórmula E o incorporar un sistema de distancia entre ejes variable.
En los eléctricos, además, la presencia de la batería y la rigidez extra que aporta va a conseguir que progresivamente se haga realidad el sueño de todos los diseñadores: suprimir el pilar B de la carrocería para mejorar el acceso al habitáculo.

Volkswagen SEDRIC
Hemos incluido este prototipo de vehículo completamente autónomo para subrayar el hecho de que, en algún momento, comenzarán a generalizarse los vehículos sin conductor aplicados en entornos muy controlados. Casi todos los fabricantes tienen un prototipo que ejemplifica esta idea, y todos se parecen mucho al SEDRIC de Volkswagen: formas cúbicas, ejes en los extremos de la carrocería, grandes puertas deslizantes. Algunos, como el Schaeffler Mover, incorporan un sistema de dirección a las cuatro ruedas que permite girarlas 90 grados, para proporcionar una maniobrabilidad ‘imposible’.
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