Estética rompedora, aerodinámica y bajo peso para reducir al máximo el consumo, motores innovadores, habitáculo optimizado, bajos costes de mantenimiento€ este pliego de condiciones, que podría firmar cualquier modelo actual de la marca, corresponde al Citroën AX, lanzado comercialmente hace 30 años.
El Citröen AX nació fruto de la reflexión sobre el futuro de la movilidad y de la búsqueda de soluciones que redujeran al mínimo el consumo de combustible. Tras varios años de investigación, el Citroën AX se desveló ante el gran público en el Salón del Automóvil de París de 1986.
La marca apostaba por una estética rompedora, una aerodinámica récord, con un Cx de 0,31, y pesos de entre 640 Kg y 695 Kg para conquistar el segmento de los turismos urbanos. La optimización del espacio interior, con un maletero de 273 litros pese a sus dimensiones compactas, un confort en los mejores niveles de la marca y los bajos costes de mantenimiento eran otras de sus grandes bazas.
La vocación innovadora de este modelo y su obsesión por lograr consumos mínimos le llevaron a ser pionero en el desarrollo del vehículo eléctrico, con la comercialización de versiones con batería de níquel-cadmio en 1993. Esta apuesta por la innovación técnica y estética conquistó de lleno al gran público, algo que se reflejó en los datos de ventas con 2.425.138 unidades fabricadas entre 1986 y 1998.
Gracias a él, Citröen pasó de una cuota de mercado del 5,2% en 1986 a un 7,6% en 1988. Además, la decisión de lanzar las versiones con motores y acabados de alta gama ayudó a mejorar la imagen de Citroën en nuestro país, donde fue ‘Coche del Año’ en 1988.