Citroën CX: un clásico “Made in Spain” que se adelantó a su tiempo

Javier Jiménez
Javier Jiménez
Fabricado hasta 1991 en la planta de Vigo, el Citroën CX es uno de los vehículos más destacados de la historia de la firma de los chevrones. Diferentes atributos como su espíritu innovador, diseño moderno y confort de conducción le llevaron a vender cerca de un millón de unidades.

Citroën presume de más de 100 años de experiencia como fabricante de vehículos. Entre sus modelos más icónicos encontramos al CX, un vehículo “Made in Spain” fabricado en Vigo entre 1974 y 1991, que es una de las grandes joyas de la marca, caracterizado por una línea elegante y aerodinámica que aún a día de hoy resulta moderna. Tras su presentación en el Salón de París, el Citroën CX se mantuvo como buque insignia de la marca hasta la llegada del XM en 1989. 

La presentación a la prensa del CX mantuvo el tradicional estilo Citroën, con un primer coche listo en el mes de julio de 1974 pintado en un color arena y con unos interiores en terciopelo de color caramelo con el que se realizaron las primeras fotos. Pero no fue el único ya que ese verano se le unieron otros 27 CX que, transportados en cuatro camiones, fueron trasladados desde las instalaciones de la marca en París y con total discreción hasta los alrededores de Gällivare, en el Círculo Polar Ártico, en Laponia. Los CX de color arena eran versiones 2000 mientras que los 2200 tenían una carrocería metalizada en color Blue Delta con un interior verde azulado.

Citroën CX: una berlina adelantada a su tiempo con sello “Made in Spain”

El por entonces director de relaciones públicas de la marca francesa, Jacques Wolgensinger acogió a 400 periodistas de 13 países divididos en grupos de 50 que llegaron en avión hasta Laponia donde pudieron descubrir el nuevo Citroën y probarlo en carretera en un recorrido de 420 km. El 26 de agosto los últimos periodistas abandonaron Gällivare y para devolver a casa los 28 CX después de la presentación ante los medios se realizó un evento en el que 25 jóvenes que previamente habían participado en el Raid África se trasladaron a Laponia para dar vida al “Raid Ártico”: 3.400 Kilómetros en CX 2000 y 2200 del Círculo Polar Ártico hasta París. El 1 de septiembre de 1974 los 28 CX desfilaron por los Campos Elíseos hasta el famoso salón Citroën del número 42 dónde quedaron expuestos.

Desde entonces, el Citroën CX, en su versión Prestige con la batalla alargada y techo de vinilo, adaptado para la conducción con chófer y en algunos casos blindado, fue utilizado en la flota del gobierno francés y entró a formar parte del parque automovilístico del Elíseo como coche de representación y vehículo presidencial. 

Citroën CX: una berlina adelantada a su tiempo con sello “Made in Spain”

Su coeficiente aerodinámico, inédito en su época, era de 0,35. De ahí precisamente provenía el nombre de CX. Fue el primer modelo de la Citroën en disponer de un motor transversal. Estuvo disponible con motores de gasolina, diésel y turbodiésel. Contaba con la dirección “con retorno asistido” Di.Ra.Vi. (“Direction à Rappel asserVi”), exclusiva de Citroën y asistida por la bomba hidráulica que alimentaba la suspensión hidroneumática. El sistema de dirección con retorno asistido de la marca permitía volver a dejar las ruedas en línea recta al soltar el volante, incluso con el vehículo parado.

Orientado a la eficiencia, el CX era a su vez un coche muy rápido capaz de alcanzar los 220 km/h en su versión de serie más potente: el CX 25 GTi Turbo de 1984. La berlina francesa fue elegida Coche del Año en Europa en 1975. Además, consiguió numerosos premios en diferentes países de todo el mundo sobre todo gracias al limpiaparabrisas de un solo brazo, a la tracción delantera, a la suspensión hidroneumática, a las llantas de aleación ligera y al techo de vinilo.

Citroën CX: una berlina adelantada a su tiempo con sello “Made in Spain”

El diseño exterior, con una línea fluida y aerodinámica, es obra del carrocero Robert Opron, autor del diseño de otros modelos de la marca como los del SM, GS y AMI 8. Una de las particularidades del Citroën CX era una sorprendente luneta trasera curva perfectamente integrada en estas líneas igual que su maletero sin portón pese a su silueta de dos volúmenes.

Por otro lado, Michel Harmand firma el diseño interior de este coche. Entre las peculiaridades del CX destacaban una revolucionaria instrumentación, que reagrupaba todos los elementos de información, incluido el innovador velocímetro iluminado de tambor giratorio. Con este cuadro se eliminaron las habituales palancas de los mandos secundarios cómo el encendido de faros, el intermitente, el claxon y los limpiaparabrisas. Todas estas funciones se desplazaron a dos “satélites” situados a derecha e izquierda del volante.