El Shelby Cobra es uno de los modelos más icónicos de la historia de Estados Unidos, lo cual lo convierte en uno de los más deseados por los coleccionistas de estas joyas. Ello le ha llevado a establecer su actual precio de venta por las nubes, tanto que próximamente se subastará el primer Shelby Cobra jamás fabricado -data de 1962- y los especialistas estiman que el futuro comprador podría tener que desembolsar una cantidad cercana a los 10 millones de dólares -unos 9 millones de euros al cambio-.
El ya difunto Carroll Shelby -tras su muerte esta unidad pasó a exhibirse en Shelby Heritage Museum, en Las Vegas, Estados Unidos- dotó a un AC Ace sin motor de un propulsor de gasolina de Ford con 4.2 litros y 8 cilindros en V, capaz de desarrollar 260 CV asociado a un cambio Borg-Wagner de cuatro velocidades, una cifra de potencia desorbitada para la época. El coche fue modificado hasta dejarlo al gusto de su creador, con una puesta a punto más deportiva.
Curiosamente, después de personalizarlo con sus propios emblemas, Shelby llevó al Cobra a numerosos eventos, llegando a cambiarlo de color para que los periodistas pensaran que era otra unidad y que las ventas del modelo iban ´viento en popa´. Además, ejerció como coche escuela en la academia de conducción de Shelby. Lo más llamativo es que nunca ha sido restaurado, hecho por el que quizá sea tan exclusivo y que podría convertirle en el Shelby más caro que se haya subastado.
