Coche eléctrico, wallbox y recarga doméstica: tres conceptos inseparables

En la actualidad, adquirir un coche eléctrico implica planificar la instalación de un punto de recarga. Su montaje y mantenimiento no constituyen ningún problema gracias a compañías eléctricas como Iberdrola, que ya ofrecen productos y servicios para este mercado emergente.



Cualquiera que planee adquirir un coche eléctrico debe pensar en instalar un punto de recarga doméstico, que se va a convertir en la forma más frecuente de recarga (la experiencia nos enseña que, con frecuencia, prácticamente la única) del nuevo miembro eléctrico rodante de la familia.

El funcionamiento de un punto de carga o wallbox es un elemento relativamente sencillo, al igual que su instalación. La idea es la siguiente: se trata de una caja anclada a la pared, conectada a tu contador eléctrico mediante una instalación apropiada (sección de los cables, conducciones, fijación a la pared, etc) y que se ocupa, como mínimo, de ‘monitorizar’ la carga (entendiendo por monitorizar que esta se lleva a cabo con seguridad). Además, como vamos a ver, un wallbox puede ser más sofisticado, ofreciendo más servicios que, sin ser imprescindibles, pueden resultar prácticos.

La misión fundamental del wallbox consiste en no empezar a suministrar corriente hasta que no conectamos correctamente el coche eléctrico mediante el cable y el conector o terminal de carga adecuado (que normalmente será de ‘Tipo 2’ o Mennekes). Además, el wallbox monitoriza la carga, impidiendo que se sobrepase la potencia con la que se le programa o la máxima que el coche le indica que puede consumir. Adicionalmente al wallbox, es obligatorio instalar una serie de protecciones, como diferencial, de sobretensiones transitorias y permanentes y sobreintensidad.

Si bien su funcionamiento es sencillo, la instalación de un punto de carga implica cierta complejidad, sobre todo en garajes comunitarios en los que la plaza de aparcamiento se encuentra lejos del cuadro de contadores de la vivienda en cuestión. Además, si bien es cierto que la Ley de Propiedad Horizontal faculta a cualquier propietario para instalar un punto de carga en su plaza individual y privada sin más trámites que informar al Presidente de la Comunidad y al Administrador, en fincas con muchas plazas esas instalaciones pueden generar un poco recomendable desorden de conducciones eléctricas individuales serpenteando por techos y paredes.

Por ello, cada vez son más las compañías eléctricas que han asumido su rol de ‘prestadores de servicios de recarga’… y más los clientes que se decantan por una solución ‘llave en mano’ como la Smart Mobility Hogar de Iberdrola. Se trata de algo parecido a instalar Internet en casa: tú lo contratas y el instalador se ocupa de todo (materiales, obras, permisos€) de forma que, al final, tu obtengas un punto de carga funcional instalado en tu plaza de garaje.

Además, Iberdrola cuenta con la ventaja de poder ofrecer soluciones de suministro muy económicas en las franjas horarias que a ti más te interesan. Por ejemplo, con el Plan Vehículo Eléctrico de Iberdrola, es posible recargar entre las 01:00 y las 07:00 a nada menos que 0,03 €/kWh (más impuestos). Dado que un coche eléctrico gasta unos 16 kWh/100km, eso se traduce en recorrer 100 kilómetros por unos 50 céntimos de euro. Como además es probable que el vehículo eléctrico se convierta en el principal consumidor de la casa, es importante contar con una tarifa eléctrica súper asequible y que cuadre con el horario en el que se suele cargar el vehículo.

Con Smart Mobility Hogar de Iberdrola, lo único que tienes que hacer es escoger entre los tres tipos de puntos de carga o wallbox que te ofrecen, y que se denominan Hogar, Pulsar y Commander (los tres los fabrica la empresa Wallbox).

Wallbox Hogar es la opción más razonable para cualquier vivienda unifamiliar El punto de carga Hogar simplemente abre la corriente al enchufar el coche eléctrico, pero no permite su bloqueo, ni guarda un historial de consumo.

Wallbox Pulsar es la opción para quien quiere tener un punto de carga ‘bajo control’ en zonas comunes como puede ser un garaje comunitario. Pulsar se conecta por bluetooth al móvil, y permite ser bloqueado y desbloqueado, así como ajustar la potencia de carga y acceder al historial de consumo. Pulsar es la opción correcta para asegurar la seguridad de nuestro punto de recarga, que sólo podremos utilizar nosotros.

Finalmente, Wallbox Commander es la opción más versátil y estética. Cuenta con conexión a Internet, de manera que es posible controlar la carga a distancia. Es también la opción correcta si varios coches van a usar el mismo dispositivo de forma secuencial (por ejemplo, para una pequeña flota), porque permite llevar un registro de las cargas.

Además, si tu comunidad es muy grande, ten en cuenta que ahora Iberdrola ofrece hasta 6.000 euros de regalo para montar una preinstalación comunitaria mediante bandejas por el techo, como suele hacerse en los edificios de telecomunicaciones. De esta forma, se evitan instalaciones de aspecto caótico y antiestético. Si la comunidad se acoge a esta opción, cada punto individual cuesta 990 euros.

 

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