Poco a poco los coches eléctricos van ganando su espacio en el mercado y parece claro que, una vez que las infraestructuras lo permitan, este tipo de vehículos y otros cero emisiones pasarán a dominar el mercado por razones obvias de movilidad con el objetivo de reducir de forma drástica las emisiones de gases contaminantes y paliar los efectos del cambio climático.
Además de esto, otra de las ventajas de los vehículos no contaminanantes era la no emisión de ruidos. Sin embargo, lo que hasta ahora era una ventaja, parece percibirse como un problema por parte de las administraciones encargadas de velar por la seguridad vial. Tanto es así que a partir del próximo mes de julio de 2019, todos los coches eléctricos, híbridos, híbridos enchufables y vehículos de pila de combustible, que pesen menos de 4,5 toneladas deberán emitir ruido cuando estén en circulación por razones de seguridad.
El motivo principal es que el hecho de que un vehículo no emita ningún tipo de ruido aumenta el riesgo de atropello en las ciudades, ya que los grupos más vulnerables como ciclistas, motoristas o incluso peatones no pueden percatarse de que se acerca un vehículo.
La nueva ley sobre el ruido para coches eléctricos no especifica cómo debe ser el sistema que consiga provocar este sonido, pero sí hace hincapié en que debe ser obligatorio y que no se podrá desconectar. Por su parte, los vehículos de más de 4,5 toneladas quedan fuera de esta ley por el momento, ya que deberán aplicar lo mismo a partir de 2021.
Una de las marcas que ya se ha anticipado a esta ley ha sido Nissan, que han incorporado en la nueva generación del Nissan Leaf un sonido que cambia de tono en función de si el vehículo está acelerando, desacelerando o circulando marcha atrás y se activa a velocidades de hasta 20 o 30 km/h. Lo han llamado Canto.
