La Dirección General de Tráfico (DGT) continúa su cruzada para reducir los accidentes con víctimas mortales en carretera. Ya hemos visto las diferentes medidas que se han ido desplegando, sobre todo, para acabar con el uso del teléfono móvil al volante. Y ahora, en 2022, obligarán a los coches nuevos a llevar una caja negra (como la de los aviones) que se encargue de recopilar los datos del trayecto.
Tal y como indica el organismo presidido por Pere Navarro, los coches fabricados a partir de julio tendrán que llevar este dispositivo, bautizado como EDR (Event Data Recorder). Así, esta caja negra irá colocada bajo el asiento del conductor (atornillada al chasis) y se encargará de registrar toda la información del viaje. Tiene el tamaño de un teléfono móvil, aunque no tomará imágenes ni captará sonidos, mientras que la información se tratará de forma anónima.
De este modo, en caso de accidente, la caja negra comenzará a registrar los datos (velocidad, revoluciones del motor, fuerza del impacto, movimientos de la dirección…) desde los últimos 30 segundos hasta los siguientes cinco segundos tras el accidente. Aunque la DGT indica que no sirve para dirimir la culpabilidad en un accidente, sí que será útil para analizar las causas del mismo y ayudar a mejorar la conducción.
Ojo, esta medida ha sido establecida por la Unión Europea obligatoriamente para todos los vehículos nuevos en 2022, junto a una serie de asistentes electrónicos (ADAS). Estos sistemas, según se desprende un estudio realizado por el Parlamento Europeo, permitirán evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa en los próximos 18 años. Todas estas medidas entran dentro del programa ‘Vision Cero’, cuyo objetivo es reducir a cero las muertes por accidente en carretera en la UE para 2050.
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