Las principales son las parasitarias con forma de copa, las cuales retienen el líquido elemento en su interior durante largos periodos de tiempo.
Enredaderas
Las enredaderas con corteza rugosa y brotes de unos cinco centímetros de grosor son perfectas para obtener buenas cantidades de agua. Es muy importante diferenciarlas, ya que existen algunas venenosas, en la mayoría de los casos cuando entran en contacto directo con la boca. Por ello será siempre mejor dejar que el líquido caiga en la boca o en un recipiente, en vez de succionarlo directamente de la planta. Las enredaderas venenosas suelen producir una savia lechosa y viscosa cuando se las corta, con lo que éste será un buen indicio para identificarlas. Para conseguir el agua, siempre hay que empezar por las bolsas superiores, ya que si no la acción capilar elevará el agua y no conseguiremos grandes cantidades.
Raíces
Uno de los lugares donde más se utilizan las raíces es en el desierto australiano. El Árbol del Agua, el Roble del Desierto y el Bloodwood las tienen próximas a la superficie. Una vez localizados estos árboles, hay que escarbar y cortar las raíces en secciones de 30 centímetros. Cuando están fuera, hay que quitar la corteza y estrujar la pulpa. No es sencillo encontrarlas, por ello, si tenemos oportunidad conviene consultar a un aborigen que nos enseñará, con lo que conseguiremos ahorrar mucho tiempo.
Palmeras
Las palmeras Buri, Nipa y cocotera contienen un líquido azucarado que es potable. Para conseguir el preciado líquido hay que inclinar hacia abajo un tallo florecido y cortar el extremo. Si se realiza una pequeña muesca en el tallo cada 12 horas se renovará el flujo de agua. De ésta manera se puede obtener un cuarto de litro del líquido azucarado. Hay que tener precaución con la leche de coco, ya que, si bien tiene gran contenido de agua, es un poderoso laxante, de tal forma que podríamos perder más líquido del ganado.
Cactus
Tanto los frutos como el cuerpo del cactus contienen agua, aunque hay que tener cuidado debido a la existencia de algunos venenosos, como el cactus gigante de Arizona. También deberemos tener precaución con sus espinas, ya que las pequeñas, parecidas al pelo, son difíciles de extraer y pueden provocar infecciones.
